El gobierno de Felipe Calderón concluirá con más de 52 millones de mexicanos en situación
de pobreza y casi doce millones en pobreza extrema. Esta es una cifra que ilustra dramáticamente
la desigualdad que existe en el país.
Sin embargo cuando sus
detractores enfatizan esta terrible situación en la que viven esas personas,
pareciera que olvidan que históricamente la pobreza ha sido uno de los lastres más
pesados que arrastra la sociedad mexicana.
A los gobiernos federales encabezados
por el PAN, evidentemente de lo que si se les puede acusar es que fueron
incapaces de centrar sus políticas de gobierno en la doctrina humanista que
pregonan.
Al llegar a Los Pinos los panistas nunca pudieron o nunca quisieron materializar uno de los conceptos que más
cacarean de su doctrina política: “El reconocimiento de la eminente dignidad de
la persona humana y, por tanto, el respeto de sus derechos fundamentales y la garantía
de los derechos y condiciones sociales requeridos por esa dignidad”
Recibieron un país empobrecido
por la injusticia social y lo empobrecieron aun más y profundizaron las desigualdades
existentes.
Esos 52 millones de pobres son la
suma de las perversas políticas implantadas en México desde la década de los
ochenta. Los doce años del panismo en el
gobierno federal no representaron mayor
diferencia. Fueron la extensión del atroz
régimen económico impuesto a los mexicanos.
Al ocupar el Poder Ejecutivo
quedaron atrás los encendidos discursos que hacían de la “persona humana” el
centro del ideario panista
¿Acaso la política de contención salarial
que sostuvieron Calderón y Fox, con sus dos pesos de aumento al salario mínimo diario
este año por ejemplo, no contribuyó a alejar más a la población del ideal
albiazul del “desarrollo humano y social “ que exaltan en sus documentos básicos?
La docena panista concluirá con
un terrible saldo social. Lo peor es que a partir del primero de diciembre
pocos cosas cambiaran. Nada
extraordinario sucederá.
¿Quién puede pensar sensatamente
en una refundación del país? ¿Quién puede
creer que los trabajadores, que han sostenido la economía nacional con su constante
y degradante empobrecimiento, realmente obtendrán mejores ingresos?
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