El homicidio de Alejandro Méndez
Ramírez, estudiante de primer grado en una
escuela secundaria de Ciudad Victoria, a
manos de otros cuatro alumnos que, seguramente sin esa intención, lo lanzaron
en dos ocasiones al provocándole lesiones cerebrales que fueron mortales, generó
una enorme conmoción en la sociedad tamaulipeca así como expresiones hipócritas
de muchos funcionarios públicos.
Existe una ola de indignación en
contra de quienes lo agredieron pero también por la casi criminal negligencia
de personal del centro escolar que no impidió los hechos, que tampoco, a pesar de
que presentaba síntomas relacionados con un trauma cerebral, no buscaron
atención médica para el menor y que además ocultaron lo ocurrido a sus padres.
Los estudiantes que provocaron la
muerte de Alejandro, aparentemente
menores de 14 años, serán sujetos a un proceso judicial especializado pero que, de acuerdo con lo que marcan las
disposiciones legales vigentes en el estado,
por su edad no podrán aplicárseles medidas restrictivas de su libertad.
Hay gente exigiendo que se castigue la conducta desplegada por el
personal de la escuela que no impidió la agresión, pero hay que decir que aunque
si merecen sanciones - ya que incumplieron
obligaciones que les impone, por ejemplo, la “Ley para la prevención de la violencia
en el entorno escolar del estado” - estas sólo serán de tipo administrativo.
Sin duda alguna cualquiera puede calificarlos como inmorales, pero desde
el ámbito de lo objetivo poco se puede hacer contra ellos. Sus graves omisiones
muy difícilmente podrían encuadrarlas en
conductas del tipo penal.
Aun así hay quienes tratan de aparentar indignación con opiniones
convenencieras como el dirigente del sindicato de maestros en Tamaulipas,
Rafael Méndez Salas, quien pidió “todo el peso de la ley” para el personal de
la escuela que no actuó debidamente ante este incidente.
Hubo diputados del congreso local, como el presidente de la Junta de Coordinación
Política, Ramiro Ramos Salinas, que luego del suceso trataron de aprovechar las
trágicas circunstancias del caso para buscar notoriedad. Ramos Salinas llamó al acatamiento de
diversas disposiciones legales relacionadas con la organización de la participación
de los padres de familia, docentes y directivos de escuelas en materia de prevención.
¿Porque no lo hizo antes?
Todo lo que los funcionarios tamaulipecos digan con relación a esta
tragedia resulta totalmente fuera de lugar.
Oportunistas es el adjetivo más amable que se les puede aplicar.
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