El aún gobernador de Tamaulipas
Egidio Torre Cantú fue entrevistado por un reportero del periódico El Universal.
Junto con la transcripción de la plática se publicó un video en el que aparecen algunas de las respuestas del aún mandatario estatal.
Luego de responder diversas
preguntas sobre su gestión, le pidieron que expresara si considera que se
puede vivir en paz en Tamaulipas.
“Si, por supuesto que se puede vivir en paz en
Tamaulipas. Estamos trabajando todos los días para que cada vez se viva mejor”,
aseguró.
Al usar la expresión “por supuesto”,
Torre Cantú pretendió trasmitir su apreciación al entrevistador como una
certeza. Como si su opinión bastará para no dejar lugar a la duda sobre el tema.
La entrevista generó reacciones
de indignación en el estado porque la intranquilidad, la zozobra en la que viven los
tamaulipecos, es una realidad agobiante que solo ellos, los que gobiernan, no
perciben.
¿Quién puede vivir en paz en este
ambiente de indefensión y riesgos terribles que priva en la entidad?
La inseguridad ha provocado la
desaparición de miles de personas en nuestro estado. Sus familias viven el peor
infierno que puede existir. La incertidumbre sobre el paradero de un ser
querido es la pena más agobiante que puede padecer una persona.
Aunado a eso, esas víctimas se
enfrentan a la indolencia del gobierno. Eso hace más penosa su tragedia. Su
desolación es mayor.
¿Quién en esa situación puede tener un poco de paz?
Recientemente se inauguró un orfanato
en San Fernando. Para justificar su construcción, las autoridades levantaron un
censo de 200 huérfanos, todos víctimas de la inseguridad en ese municipio.
Días antes de la apertura, los
familiares de los niños fueron
presionados para que aceptaran enviarlos al lugar. Al levantar el censo
ignoraron que los menores están al cuidado de miembros de su familia ampliada.
¿Ante tal muestra de soberbia y prepotencia con la que se pretendió
hacer más grande su pérdida, esa gente podrá tener paz?
Los sucesos violentos que se registran en Tamaulipas desde hace varios
años, el aumento de delitos de alto impacto social, la ineficacia del gobierno
y la impunidad que esta genera, sumieron a los población en el temor.
Una sensación de la que pocos pueden desprenderse.
Sabemos que a pesar de que los enfrentamientos armados dejen de ocurrir durante un
tiempo, en ciclos tan irregulares como estresantes, la población sigue viviendo intranquila.
La vida cotidiana de los tamaulipecos está impregnada de miedo.
Egidio Torre Cantú respondió como siempre, con una variante del "No pasa nada" que enojó tanto a los tamaulipecos
Entonces ¿porque se modificó la Ley de Seguridad Pública para que
a partir del primero de octubre disponga de seguridad y protección con cargo al estado?
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