La Gerencia de Comunicación Social de Petróleos Mexicanos
publicó un boletín fechado en Reynosa
mediante el cual dan a conocer que el director general de la empresa, Emilio
Lozoya Austin, realizó una gira de trabajo por “diversas instalaciones” de Pemex Exploración y Producción y Pemex Gas
y Petroquímica en esta frontera.
En el documento se refiere que el funcionario federal vino a
evaluar proyectos en desarrollo en esta región, para lo que sostuvo reuniones
de trabajo relativos a los proyectos Burgos y gas shale, que enfatiza el texto “abre
una nueva ventana de oportunidad para incrementar la oferta energética en
México”.
La Gerencia de Comunicación de la paraestatal, dedica el
resto del boletín a destacar los niveles de producción de gas en esta zona del país,
a los que califica de históricos, a resaltar la opiniones de Lozoya Austin sobre la importancia del desarrollo de
proyectos que se asociaran con beneficios a la industria nacional y sobre la intención
de “impulsar una visión enfocada a la sustentabilidad, la responsabilidad social
y la ética corporativa
En el penúltimo párrafo se indica que el director general de
PEMEX visito las instalaciones de la Central de Medición del kilómetro 19 de la
carretera Reynosa Monterrey, lugar donde el 18 de septiembre pasado ocurrió la explosión
e incendio que provocó la muerte de 32 personas, la mayoría trabajadores de empresas contratistas.
El boletín dice que en este sitio, Lozoya Austin “constató la
operación de sus seis plantas criogénicas que utilizan tecnología de pinta y de
sus sistemas de control de procesos”.
Sobre la tragedia de Reynosa ninguna referencia. Para las víctimas
fatales y sus deudos ni una palabra. Para los heridos y sus familias tampoco. Sobre las causas del percance nada.
El boletín es inconcebiblemente impersonal. Como si ahí no hubiera sucedido tan terrible
suceso.
Como si con la limpieza del sitio también se hubiera borrado definitivamente
el recuerdo del incidente, que entre la población de la región ha dejado una
profunda huella.
En el boletín número 14 del primero de febrero, al día
siguiente de la explosión en un edificio de las oficinas centrales de la
paraestatal que provocó la muerte de 37 personas y heridas a más de cien, se
destacan las principales acciones que se realizaron “de manera inmediata y
oportuna…para mantenerse cerca de las personas que resultaron afectadas y sus
familias”
Tras enumerarlas, el ultimo renglón de ese boletín remata “Petróleos Mexicanos hace patente su cercanía y solidaridad
con sus trabajadores y familias”.
¿Y para
los de acá? ¿Piensan que en cuatro meses
la gente dejó de sufrir? ¿Que los
habitantes de la región ya olvidaron? ¿Qué no merecemos una explicación?
Parece
que los nuevos funcionarios de la empresa se atienen a aquel refrán que dice “lo
que no fue en mi año, no fue en mi daño”.
Si como
señala el boletín que da a conocer su visita a esta frontera, Lozoya Austin
vino y constató los sistemas de control
de procesos de la Central de Medición de perdido hubieran puesto que el
funcionario comprobó que las operaciones son tan seguras como para que no se
repita una tragedia similar a la del mes de septiembre.
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