lunes, 18 de abril de 2011

LOPEZ OBRADOR: LA DOBLE CARA IZQUIERDISTA

Andrés Manuel López Obrador ha mostrado descaradamente su carácter autoritario, contrario a lo que pregona en su discurso.  Lo que hizo con Rafael Acosta Ángeles “Juanito” ahora de algún modo pretende repetirlo con Alejandro Encinas Rodríguez, aspirante a la gubernatura del Estado de México.

Durante un evento realizado en aquella entidad, el ex candidato presidencial dijo que de triunfar Encinas Rodríguez  en la elección del mes de julio, como gobernador “se va a crear una empresa pública en el gobierno del Estado de México para dar trabajo de nuevo a  todos los electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas”.

Este tipo de expresiones muestran su propensión a la manipulación. Esa promesa de campaña a nombre del aspirante perredista a la gubernatura mexiquense no es más que una manifestación de su carácter anti democrático.  

Lo peor es que hasta Encinas le aplaudió.   

La enorme ascendencia que tiene sobre sus seguidores  le permite convertirse en la única voluntad que dirige su movimiento. 

Lo sucedido con “Juanito” es un grotesco ejemplo. Lo impuso como candidato del Partido del Trabajo a la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, cuando ganó la elección lo echó del cargo y forzó el nombramiento de una de sus incondicionales

La confianza desmedida que le tienen sus partidarios exacerba su talante abusivo. Aunque parezca un lugar común, esa fe inmotivada que le profesan sus seguidores refuerza y engrandece su conducta mesiánica.

Por eso su desprecio por las instituciones públicas.  

Sin embargo, con esa doble cara que tienen muchos izquierdistas López Obrador no tuvo objeción por rendir cuentas al embajador de Estados Unidos en México ante quien presentó su plan de gobierno cuando era candidato a la presidencia de la República en el 2006.

Esa repulsión que los militantes de la izquierda públicamente expresan por el “imperialismo yanqui”, es obviamente el ancla discursiva de su postura ideológica, la justificación de sus ideas.    Su discurso necesita de quien o que satanizar.

Pero del dicho al hecho.

Un cable del entonces embajador de Estados Unidos en México, filtrado recientemente por WikiLeaks, evidencia que en su obsesión por el poder López Obrador  no tuvo empacho en presentarle su plan de combate al narcotráfico y al terrorismo.

El cable refiere que el ex candidato presidencial insistió en la necesidad de que el gobierno estadounidense diera ayuda financiera al mexicano.

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