Sin que su decisión represente un factor de peso en las
investigaciones sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de
Ayotzinapa, el gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, finalmente anunció
que solicitaría licencia para dejar su cargo.
Al hacer una declaración sobre su salida, Aguirre
Rivero expresó que con su determinación buscaba
“favorecer un clima político que ponga atención en estas prioridades”.
También comentó que él ya había declarado públicamente que si su separación
de la gubernatura “ayudaba a resolver este asunto no habría objeción en ello”.
Las declaraciones del guerrerense son una muestra palpable de la torpeza que caracteriza a los políticos cuando tratan de interpretar el ánimo social. Son ilusos al pensar que la crispación social que hay en el país disminuirá
con su salida.
Considerando las terribles
circunstancias en las que desaparecieron los estudiantes y perdieron la vida
otras personas, así como la ausencia de resultados en el caso y la ira creciente que provoca esta tragedia, tales
afirmaciones son insultantes. El cálculo
político es además de torpe, ofensivo.
Es un insulto a la inteligencia de la gente que los políticos pretendan generar la impresión de que eso reducirá la crispación social desatada por este aberrante
crimen.
De frente a esta profunda crisis provocada por el caso, la cúpula nacional del PRD optó por cesar en su
intento por cobijar políticamente al gobernador de Guerrero.
Casi al mismo tiempo en el que Aguirre
Rivero daba a conocer que dejaba el cargo, el nuevo presidente
nacional del PRD, Carlos Navarrete,
declaró que ya le habían pedido que presentara su solicitud de licencia.
En esta coyuntura, la dirigencia nacional de ese partido asumió una
postura muy convenenciera.
De frente a la opinión pública decidieron apostarle al menor daño. El presidente del CEN
perredista muy enfático aseguró que su
partido “no es un espectador lejano de las expresiones de angustia y dolor que
ocurren en las calles”
En otro contexto tales expresiones serían risibles
Si bien la causa directa de las movilizaciones y protestas
que se han sucedido en las últimas semanas radica en ese acto de barbarie, también tiene
que ver con el hartazgo generado por la clase política del país.
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