El Universal publicó una nota en la que da cuenta de lo que costó el registro de Josefina Vázquez Mota como precandidata del PAN a la presidencia de la República, que se realizó al estilo priista que tanto decían odiar los panistas.
De acuerdo con lo divulgado, varios diputados federales cooperaron para que la ex secretaria de Educación estuviera acompañada por unas ocho mil personas que fueron acarreadas de varias entidades del país.
Reunir esa multitud en el registro tuvo un costo de más de un millón 200 mil pesos, de los que un millón 90 mil pesos se utilizaron para la contratación de 345 camiones en los que se transportó a más de ocho mil personas y con el resto del dinero se compraron lonches para repartírselos.
Aunque han criticado las malas costumbres del priismo, incluida la del acarreo que es una de las maneras más denigrantes que usan los políticos para simular popularidad, los panistas no tienen empacho en comerse sus palabras para ponerlas en práctica.
Según sus colaboradores, Vázquez Mota reunió más de cien mil firmas de apoyo entre los panistas del país para que se registrara para participar en el proceso interno para elegir al candidato presidencial del PAN, entonces ¿para qué utilizar a esos miles de acarreados?
La explicación está en la peculiar percepción que tienen los políticos de las cosas. Seguramente creyeron que no hubiera sido impactante que la ahora precandidata llegara solo con sus paquetes de documentos con las firmas de apoyo.
Como si esa concentración masiva en el registro pudiera marcar el rumbo de las aspiraciones de Vázquez Mota. ¡Pobres ilusos!
Si se ve desde otra perspectiva, además resulta ofensivo que habiendo tanta miseria se use dinero, independientemente que haya salido de los bolsillos de los patrocinadores de la diputada federal con licencia, para actos tan banales.
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