A muchos priistas de Reynosa les cayó como pata
de mula que por razones de la coalición que hizo su dirigencia estatal con el Partido
Nueva Alianza, el candidato propietario a diputado local por el Quinto
Distrito, uno de los tres que tienen a este municipio como cabecera, es un militante del partido creado por Elba Esther Gordillo.
La postulación de Rogelio Ortiz Mar, representante
sindical del SNTE en esta frontera, como candidato por ese distrito ofendió a
muchos priistas no porque este personaje sea un personaje que ejemplifica sobradamente los
vicios que prevalecen en el sindicalismo magisterial, sino porque aseguran que esa circunscripción
electoral la ganan casi en automático.
No les incomoda que Ortiz Mar
sea un hombre que en virtud de que, desde hace cuando menos tres años, goza de una comisión sindical vive del presupuesto sin cumplir sus
obligaciones laborales como empleado del sector educativo. Tampoco les molesta
que tenga una categoría laboral que por los antecedentes públicos que hay sobre
él, legalmente no le corresponde.
A ellos les enfada que lo hayan mandado de
candidato a un distrito que están convencidos no tiene mucha competencia
electoral, no como en los otros que comprende el municipio donde los candidatos
priistas no tendrán una campaña sencilla.
Les irrita pensar que Ortiz Mar casi tiene asegurada una curul en la próxima
legislatura.
Aunque seguramente desconocen que con 15 años
de antigüedad como empleado del sector educativo, en 2008 su expediente de carrera magisterial reportó
que tenía 10 años en servicio, es materialmente imposible que haya sido
maestro, prefecto, sub director, jefe de enseñanza y finalmente
inspector general de secundaria.
Quizá no sepan que
de acuerdo con los criterios del sistema de escalafón para los trabajadores de
la secretaria de educación se requieren muchos más años de antigüedad para
llegar a la plaza de inspector que Ortiz Mar actualmente tiene asignada.
Sin embargo seguramente
eso no los irritaría porque conocen perfectamente del tipo de vericuetos de la política que
conducen al disfrute de ese tipo de indebidos privilegios. Seguramente tampoco les molestaría que como licenciado en informática por el Instituto
Tecnológico de Reynosa, el candidato del Panal no tiene el perfil académico que
se requiere para ocupar un cargo directivo como el que tiene en el sistema
educativo.
Lo que les hizo
sentirse humillados por su dirigencia estatal es que al negociar la coalición con
el Partido Nueva Alianza, le hayan entregado a este partido la candidatura de ese distrito que
perciben tan cómodo que, aseguran, se gana con muy poco esfuerzo.
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