La
disputa por la candidatura del PAN a la presidencia municipal de Reynosa se ha
convertido en una muestra más de que entre los panistas los únicos triunfos que
se reconocen son los propios, que sus pleitos son irreconciliables y que con
facilidad caen en lo vulgar como se ha visto en las descalificaciones expuestas
en las redes sociales.
Este
proceso también evidencia que los abogados de Jesús María Moreno Ibarra no dan una en las acciones judiciales
emprendidas por recuperar la candidatura para su cliente y de manera indirecta provocaron
que se revelaran rasgos de intolerancia
en José Ramón Gómez Leal, quien ya fue registrado como candidato a la alcaldía de este municipio.
Moreno
Ibarra ha promovido dos juicios, uno ante los tribunales federales y otro en el
tribunal electoral de Tamaulipas, que fueron desechados por improcedentes
debido a que sus abogados han interpretado mal el principio de definitividad,
uno de los requisitos indispensables para la tramitación de un recurso de
semejante.
El
primero lo presentó ante la Sala Regional del Trife y aunque a la fecha en que se
dictó sentencia el asunto prácticamente había quedado sin materia, fue
declarado improcedente porque no había agotado la instancia local electoral de
Tamaulipas.
El
segundo fue promovido en el Tribunal Electoral del Poder Judicial del estado de
Tamaulipas y también fue desechado por improcedente porque, según obra en la
sentencia, la denominada cadena impugnativa dentro del PAN aun no concluía, por
lo que los actos reclamados por Moreno Ibarra (la modificación del cómputo en
el que había ganado el proceso interno y la entrega de la candidatura a Gómez
Leal) no habían adquirido el carácter de
definitivos ni firmes.
Esta
semana Moreno Ibarra anunció que presentó un nuevo recurso ante la Sala Regional del
Trife, que, aún sin conocer los términos en que fue elaborada,
por los antecedentes de cómo sus
abogados le han manejado su asunto existe la posibilidad de que ese órgano jurisdiccional
con sede en Monterrey se lo declare improcedente por incumplir con los requisitos
antes señalados.
Por
otra parte, estos juicios, que obviamente lo han involucrado como
tercero interesado, ya tuvieron un efecto en el estado de ánimo de José Ramón Gómez
Leal, a quien le favoreció el recuento y modificación de los resultados de la elección
interna del 17 de marzo.
El día en que rindió protesta estatutaria como
candidato del PAN a la presidencia municipal de Reynosa para luego ser registrado
como tal ante el Consejo Municipal Electoral, Gómez Leal perdió completamente el
semblante afable que se esfuerza en
proyectar.
En la
rueda de prensa que ofreció el dirigente
estatal del partido la atención de los reporteros se concentró en las acciones legales emprendidas por su adversario para buscar que
le retiren la candidatura. Ante la insistencia sobre el tema, no pudo ocultar
su molestia, que llegó a tal grado que también hizo algunos ademanes que
denotaban su alterado estado de ánimo.
Al término
de la conferencia, en privado incluso llegó al reclamo personal. Todo eso evidencia una clara falta de
tolerancia. Esta conducta es sintomática porque contrasta
radicalmente con la imagen pública que ha tratado de construir, especialmente
porque en estos tiempos la venta de virtudes es lo que distingue la promoción política.
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