El secretario de Educación en Tamaulipas, Diódoro Guerra Rodríguez, se acomodó muy fácil para explicar el bajísimo nivel de desempeño que han mostrado los estudiantes tamaulipecos en la prueba Enlace: endosarles la culpa a los padres de familia.
Este problema, generalizado en todo el país, se ha conocido públicamente después de que inició la aplicación de la Evaluación de Logro Académico en Centros Escolares y que ha mostrado las enormes carencias que tienen los estudiantes mexicanos de primaria, secundaria y preparatoria.
Este examen ha puesto en un enorme predicamento a las autoridades educativas ya que ahora se enfrentan a severos cuestionamientos por la pobreza de conocimientos y habilidades de los estudiantes en dos de las asignaturas más importantes para su futuro académico, especialmente español.
Ahora conocemos detalles de esta situación porque los resultados de la evaluación publicarse como parte de las obligaciones de transparencia y rendición de cuentas del gobierno. Si no fuera así, seguramente nadie se estaría ocupando del tema.
Si las autoridades quieren tener elementos objetivos para encontrar parte de la explicación de estos bajo desempeño, forzosamente deben atender los resultados del Concurso Nacional para el Otorgamiento de Plazas, que exhibió las terribles deficiencias que tienen los maestros, tanto los que aspiran a ingresar al servicio docente como los que lo presentaron para mejorar su situación siendo ya maestros.
Ahí está uno de los factores determinantes para la baja calidad de la educación en el país.
Luego deben reconocer que los métodos de enseñanza tienden a facilitar que los alumnos continúen avanzando sin tantas dificultades de un nivel a otro en su estancia en la escuela, en un afán de maquillar los números gruesos de eficiencia terminal.
Ahí se siembren las condiciones para muchos muchachos literalmente sean analfabetas funcionales.
Si bien los padres de familia deben involucrarse en el proceso formativo académico de sus hijos, es inaceptable que se pretenda explicar esta situación alegando que estos no cumplen con su parte.
Las fallas estructurales están en el mismo sistema educativo.
En lugar de estar tratando de justificar lo que está ocurriendo, las autoridades deberían estar ocupadas en revisar objetivamente las condiciones de la educación en el estado.
No es política pública andar repartiendo culpas
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