Tras la debacle panista en la elección de gobernadores en Estado de México, Coahuila y Nayarit, el CEN del PAN publicó un comunicado que informa de una reunión en la que “distinguidos panistas” ofrecieron su respaldo a su dirigente nacional.
El comunicado refiere que los integrantes de la Comisión Política del CEN tuvieron una reunión privada en la que “coincidieron que en este momento el partido se encuentra totalmente unido para enfrentar los retos que se avecina para los comicios federales del próximo año”
Ese mensaje muestra cierta ingenuidad al plantear ese agrupamiento como si fuera una condición indispensable para ganar elecciones. Como si esa pretensión por la unidad los fuera a poner en la ruta ganadora en la elección de julio del 2012.
La reunión contó con la presencia de los aspirantes a la candidatura presidencial panista, Ernesto Cordero, Javier Lozano Alarcón y Santiago Creel Miranda, además del secretario particular del presidente Calderón, Roberto Gil Zuarth y la vocera presidencial, Alejandra Sota Mirafuentes.
En las condiciones que queda el PAN de cara al proceso electoral del año entrante, era evidente que no iban a salir a pedir la cabeza de su dirigente nacional. Aun siendo un perdedor deberán arroparlo aunque más adelante pueda ocurrir que termine copado y la estrategia del partido se opere desde otra parte.
No podría esperarse otra actitud de quienes se reunieron con Gustavo Madero inmediatamente después de conocerse los resultados en esas tres elecciones locales donde estuvo en juego la gubernatura.
Sin embargo, las causas y circunstancias que obraron para que se presentara la derrota panista nada tienen que ver con un elemento tan subjetivo como el que destaca la comunicación oficial de la dirigencia nacional del partido.
En el mismo texto se señala que los delegados del CEN para las elecciones en Nayarit y Coahuila (no menciona al Estado de México) “expusieron los incidentes ocurridos durante la jornada electoral, con lo cual reafirmaron la intromisión burda y evidente por parte de los gobernadores…para operar a favor de los candidatos del PRI”.
Si fue tan “burda y evidente” la intromisión de los gobernadores priistas entonces la postura de los dirigentes del PAN no debe quedarse en una mera expresión pública a través de su área de prensa.
Como instrumento de deslegitimación de su adversario, el uso de esas expresiones resulta extremadamente superficial y por tanto ineficaz.
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