Al viejo estilo del PRI, al que le criticaban esas prácticas, el director general de la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT), Francisco García Cabeza de Vaca, estará en Reynosa este fin de semana para encabezar un multitudinario evento en el que se entregarán escrituras a habitantes de lo que fueron colonias irregulares.
Quienes recibirán esos documentos de propiedad tienen cuando menos cuatro años esperando que se los entreguen. Lo que debiera ser un simple trámite administrativo los funcionarios lo elevan a un acto de generosidad oficial que los beneficiarios deben reconocerles en una concentración masiva.
Desde el 2008 tienen a miles de personas esperando a que la agenda del presidente Calderón o la del titular de la Sedesol, de la que depende la CORETT, les permitiera venir a hacerlo. Pero como no pudieron y García Cabeza de Vaca quiere ser candidato a senador por Tamaulipas, le cae como anillo al dedo ser él quien reparta esos favores gubernamentales.
El acto, como cualquiera de ese tipo, descaradamente aprovechará las necesidades de la gente para el lucimiento personal del director general de la CORETT. Seguramente ahí lo convertirán en la personificación del gobierno benefactor.
Esas prácticas forman parte de las terribles perversiones de la política mexicana.
Antes del 2000 los panistas las reprobaban vehementemente. Una vez en el gobierno encontraron que esas costumbres que tanto le recriminaban al PRI ya no les resultaron tan detestables como pensaban, por eso las reproducen sin recato alguno.
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