Aun no cesan el asombro e indignación
provocados por algunos de los innecesarios y excesivos gastos que se
hicieron durante la visita de estado del presidente Peña Nieto a Inglaterra, cuando ya
surgió otro escándalo por el uso abusivo de recursos públicos, aparentemente
utilizados para sobornar a los productores
de la nueva película de James Bond.
El nueve de este mes, el sitio
estadounidense especializado en temas fiscales Tax Analysts publicó una nota en
la que refiere que "el gobierno mexicano" pagó al menos 14 millones de dólares para que se modificara una parte del guion de la película del súper agente
inglés que será filmada en México.
Según esa página de internet, que refiere que la información proviene
de correos electrónicos extraídos
durante un ataque cibernético contra la empresa Sony, hubo una negociación entre
directivos de esta transnacional y
funcionarios mexicanos no identificados para que se reescribiera el guion.
La millonaria transacción giró en
torno a verdaderas estupideces. El arreglo incluyó que se cambiara la
nacionalidad del villano ya que en el texto original, este era
mexicano. También se sustituyó al jefe de gobierno de la Ciudad de México como
el objetivo de un atentado.
De acuerdo con lo divulgado, en el argumento original Bond viaja a nuestro país
para impedir que maten al jefe del gobierno capitalino. Los millones de dólares
entregados a los productores, según Tax Analysts, lograron que el embajador de
un país no identificado se convirtiera en el blanco del atentado.
Asimismo se negoció que una persecución
incluida en el filme se realizara durante la celebración del Día de Muertos y
que algunas tomas aéreas incluyeran edificios emblemáticos del Distrito
Federal.
La nota de Tax Analysts cita que los
funcionarios mexicanos pidieron que en la película se incluyera la participación de una actriz
mexicana.
La nota, reproducida y citada por
muchos medios mexicanos, no precisa de qué nivel de gobierno eran los
funcionarios involucrados en este verdadero despropósito. Visto desde cualquier
perspectiva, el dichoso acuerdo es una desmesura.
Hay infinidad de cosas con las
que se puede contrastar la liviandad con la que se gastaron esos recursos.
Por citar solo un ejemplo: Ese
monto representa casi el 27 por ciento
de los 52 millones de dólares que el Banco de México subastará diariamente en
los próximos tres meses con el objetivo de amortiguar la caída del peso frente
a la moneda estadounidense.
Resulta inaudito que se haya ocupado tanto dinero, por ejemplo, para volver extranjero al villano de la película. Como si la opinión pública
internacional no supiera que amplias
regiones del país están asoladas por criminales, que hacen parecer una
caricatura al más acérrimo enemigo de James Bond.
Aunque no se indica el origen de
la millonaria cantidad gastada en esa torpe estrategia de relaciones públicas,
seguramente estamos ante un desvió del erario.
En el supuesto de que existiera un contrato de por medio, la transacción
no dejaría de ser irregular porque la gente no paga impuestos para que se gasten
en este tipo de jaladas.
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