El alcalde de Reynosa, José Elías
Leal, anunció que pronto se pondrán en servicio varias unidades que se
adquirieron para reforzar la recolección de basura doméstica en la ciudad, servicio
que desde que se concesionó hace casi 25
años ha sido fuente de negocios chuecos, conflictos legales y reclamos
sociales.
En 1993 se entregó la primera concesión,
adjudicándosela a un mexicano de origen sueco que ofreció contra prestaciones fantasiosas
que involucraban compromisos de inversiones por un monto de 600 millones de dólares.
Una vez que dieron el fallo a su
favor, los propios miembros del Ayuntamiento acordaron dividir este instrumento en dos
fases para desvincular legalmente una de la otra. Así el empresario quedaba exento
del cumplimiento de sus obligaciones económicas sin que esto pusiera en riesgo su
negocio.
Sin embargo, las leoninas tarifas
que pretendieron imponer por la recolección de basura, calculadas por la
superficie del terreno del usuario y no por volumen de desechos generados, causaron
tal irritación y rechazo que el concesionario prácticamente quebró.
A lo largo de varias administraciones
se cometieron excesos so pretexto del servicio. En el año dos mil cuando fue alcalde Humberto
Valdez Richaud, ahora dirigente estatal del Movimiento Territorial del PRI, el
municipio compró en Estados Unidos al menos 15 camiones de basura cuyas
facturas exhibían la leyenda “As is”.
Esta es una advertencia que implica
que el comprador adquiere el bien en el entendido de que no podrá hacer reclamaciones ya que lo acepta en el estado en que se encuentra. Esos camiones literalmente
eran chatarra con una muy buena mano de pintura.
En las administraciones
posteriores, incluida la única de extracción panista que ha habido en Reynosa,
hubo mucho manoseo en la relación del Ayuntamiento con la otra empresa a la que se entregó
la concesión.
Desde la administración 2002-2004, Promotora Ambiental SA (PASA), ha detentado ese
instrumento administrativo.
El más grave
perjuicio en contra de los intereses del Ayuntamiento y de la población, se cometió en el año 2010 cuando el entonces alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez, esposo
de la candidata del PRI a la diputación federal por Reynosa, le renovó la concesión
a PASA poniendo al Ayuntamiento en situación de clara desventaja en su relación contractual con la empresa.
Con su firma facilitó que el
concesionario estuviera por encima de los intereses de la comunidad. Se acordaron cláusulas que con relativa facilidad pueden ser nulificadas porque es evidente que hubo dolo al privilegiar tan singularmente a una
de las partes en perjuicio de la otra.
Lo que la legislación del estado
señala como causales para la rescisión de una concesión sin perjuicio de un Ayuntamiento, en este contrato se pactó que la empresa podía incurrir en dichos supuestos sin que se considerasen motivo para proceder en su contra.
Por eso PASA, apoyada en la supremacía
que, ilegalmente, le entregaron las autoridades, en noviembre de 2010, un mes antes de
terminar la administración de Luebbert Gutiérrez, argumentando que el municipio
le debía 40 millones de pesos dejó de recoger la basura a sabiendas de que el
contrato la vacunaba contra cualquier acción legal.
Tras este rompimiento, a partir
de 2011 el municipio se ha hecho cargo de manera directa de la recolección de
basura, sin embargo el servicio presenta rezagos importantes. Como a la concesión le restan varios años de vigencia,
las autoridades también han debido
enfrentar los juicios que PASA ha promovido para reclamar lo que considera sus legítimos
derechos.
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