Con muy buenas intenciones la Cámara
de la Industria Restaurantera y
Alimentos Condimentados de Reynosa promovió un concurso para designar el
“Platillo Típico” de este municipio, pero su proyecto se desfondó cuando se conoció
el resultado, ya que este provocó una
ola de protesta y descalificaciones.
Los representantes del organismo
presentaron un caldo preparado a base de conejo como el que merecía esta denominación,
aunque en ningún restaurante, cocina económica o puesto de comida de la ciudad se
sirve y además, que es lo más importante, ese pequeño mamífero no forma parte de la alimentación de la población.
Tras difundirse esa decisión del
jurado la respuesta fue inmediata.
Rechazo y burlas fueron la reacción generalizada en contra de tal decisión.
Los promotores del concurso fueron severamente criticados, principalmente a través
de las redes sociales.
Este concurso sirvió para que los
restauranteros organizados mostraron su ignorancia acerca de lo que implica el
concepto de “platillo típico”, que
define a una comida que caracteriza a una ciudad o a una región debido a que,
entre otras cualidades, es de consumo generalizado entre la población.
Ante las reacciones adversas a su
pretensión de denominar con esa cualidad a una comida inventada por el ganador
con argumentos hasta risibles, los directivos de Canirac se condujeron con soberbia. El director del organismo descalificó, casi tildando de ignorantes, a
quienes los criticaron.
El triunfador del concurso también
se refirió desdeñosamente a las voces de protesta y especialmente a los
comentarios de la gente que en las redes sociales consideraron que los tacos de
carne asada al carbón podían considerarse como una comida típica de la zona.
“El concurso era sobre un platillo totalmente
tradicional, que se comiera desde los inicios de Reynosa, los tacos de carne
asada no son propiamente un platillo”, dijo Luis Gerardo Salazar Mujica.
Con actitud presuntuosa comentó que su caldo de conejo “tiene
historia porque lo consumían los primeros pobladores de la región”. Posiblemente sí, pero eso no implica que el señor pretenda
que eso le de la categoría de comida típica de Reynosa.
Total que hasta el
presidente municipal Everardo Villarreal Salinas, cuyo gobierno apoyo a los
organizadores del concurso, también expresó su extrañeza sobre el resultado.
Lo que no entienden los dirigentes del organismo es que no
pueden tratar de imponer su criterio sobre un aspecto de la cultura local que
solo adquiere consenso con el paso del tiempo y que la aceptación de la gente termina por determinar, así sea una comida tan sencilla que a los “chefs” les provoque un mohín de
disgusto.
Si todos fueran tan elegantes como el señor Salazar Mujica,
las tortas ahogadas no serian el platillo más típico del estado de Jalisco.
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