En una visita que hizo a Reynosa,
el dirigente estatal del PR, Ramiro
Ramos Salinas mostró cuando menos un
escaso nivel de comunicación sobre su interpretación acerca de los desastrosos resultados que
tuvieron en las elecciones federales del mes de julio.
Por si fuera poco su postura
publica con relación a la responsabilidad que tiene como dirigente del tricolor, evidenció la manera tan simplista con
que la asume. Ramos Salinas se dijo
ocupado en el trabajo interno en el PRI y que no lo hacía con lo que sucede en
otros partidos.
El dirigente señaló que los principales factores que influyen en los
resultados de una elección son: el desempeño del gobierno, la estructura del
partido y el perfil del candidato. Sin embargo no fue capaz de aclarar sobre la
base de esa afirmación que fue lo que provocó que perdieran la elección
presidencial, seis de las ocho diputaciones
federales y las senadurías de mayoría.
Aunque él asumió el cargo para
sustituir al perdedor de esa batalla,
Lucino Cervantes Durán, quien nunca pudo remontar su nivel de burócrata
partidista, se supone que la calidad de la información que tiene no debería ser tan
superficial.
Con sus declaraciones dejó la impresión de que el operativo que convirtió los programas sociales
del gobierno federal en la herramienta electoral que facilitó el triunfo de los
candidatos panistas en Tamaulipas, les
había pasado de noche a los priistas.
Si tiene o no ese nivel de información, la impresión que causó
es que no y eso es lo que cuenta, aunque
no debe descartarse que después del mea culpa que expresó el gobernador del
estado tras la derrota priista en Tamaulipas, el dirigente del tricolor esté
obligado a sujetarse a esa línea.
El problema que tiene es que
demuestra que su capacidad de análisis es muy corta ya que asegura que en la elección federal del primer
domingo de julio ganaron en muchos municipios del estado.
Desafortunadamente para él, a la luz de los resultados eso no significa
nada.
Asegurar que no se ocupa de lo que ocurre en
otros partidos es un gran contrasentido ya que
el suyo como los demás tiene como propósito llegar al gobierno. Las elecciones son la aduana forzada. Lo que hagan en el
terreno político y electoral es determinante.
No es posible que Ramos Salinas
diga que solo está concentrado en sus asuntos cuando está en puerta un proceso
electoral en el que estarán en disputa el congreso y los 43 ayuntamientos de
Tamaulipas.
Posiblemente sea una declaración
pretensiosa para aparentar que no les da importancia a sus rivales. Una postura
que generalmente asumen los políticos con la intención de minimizar a los otros
partidos. Una torpe manera de darse su
taco.
Después de la vapuleada que les
dio el PAN, para el PRI ocuparse cuando menos de lo que pasa en este partido es una necesidad estratégica.
Si no lo ven así, pobre Ramiro.
Pobre PRI
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