Aunque el vocero de Seguridad Pública del gobierno federal, Alejandro Poiré, aseguraba que la detención del ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon, a quien presuntamente se le encontró un arsenal en su domicilio, no tuvo motivos políticos, la PGR terminó politizando el procedimiento en su contra.
Hank Rhon es uno de esos personajes que fácilmente pueden caracterizar los peores defectos de la cultura priista. Forma parte del priismo corruptor y corrompido que ensoberbecido por el poder que detentó por décadas terminó por convertirse en su propio enemigo.
Lo persigue una fama pública nada envidiable.
Si bien el gobierno federal negó inmediatamente que su captura tenga una motivación política, muchos la interpretaron como un intento por desacreditar al PRI ya que Hank Rhon forma parte de una de tantas dinastías de priistas enriquecidos al amparo del poder.
Su padre, el extinto Carlos Hank González fue presidente municipal de Toluca, Gobernador del Estado de México, Regente de la Ciudad de México, además de secretario de Turismo y de Agricultura durante el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Hank Gonzàlez acuñó la cínica frase que justifica el uso del poder para beneficio personal: “Un político pobre es un pobre político”. Digno representante de los políticos priistas que a conciencia saquearon el erario y empobrecieron brutalmente al país.
Originario del Estado de México, donde se asienta el poderoso grupo político al que pertenece el gobernador Enrique Peña Nieto, Hank Rhon quizá fue seleccionado para presentarlo como una muestra de lo que el PAN quisiera que la gente no olvidara: El PRI de los excesos, el partido del abuso patrimonialista del poder, el priismo de la preeminencia del interés particular sobre el general.
La detención del ex candidato tricolor al gobierno de Baja California inmediatamente provocó un escándalo y una airada reacción entre prominentes priistas. Acusaron el golpe e inmediatamente desacreditaron al gobierno federal atribuyéndole un interés político a esta acción.
Ante estas expresiones de descalificación, la procuradora General de la República, Maricela Morales cometió un terrible error que terminó poniendo el asunto en un plano distinto al de la procuración de justicia. La titular de la PGR declaró que la dependencia a su cargo no arraigaría a Hank Rhon para evitar “más presión política”
La funcionaria federal aseguró que desde la detención del empresario de quien se dijo podría ser acusado de delincuencia organizada “los tintes políticos han ido en aumento”, por lo que se decidió no ejercer el arraigo en su contra.
Eso es gravísimo porque en la funcionaria reconoció implícitamente que en su decisión influyeron factores muy subjetivos. Su mensaje fue que por motivos políticos la ley puede manipularse. Que por razones de esa índole hay discrecionalidad en donde se supone debe prevalecer estrictamente la ley.
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