jueves, 16 de junio de 2011

SERVICIOS DE AGUA Y DRENAJE EN TAMAULIPAS: EL LOBO CUIDANDO OVEJAS

 Esta semana el Congreso de Tamaulipas aprobó diversas reformas y adiciones a la Ley de Aguas del estado.

Entre las primeras estuvo la modificación a la redacción de la disposición que establece los criterios para la determinación del cobro por los servicios que prestan los organismos operadores de agua y drenaje en la entidad.

El dictamen llama la atención sobre la confusa redacción  que actualmente tiene la formula que se usa para establecer el cobro de los servicios de agua, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales y servicios ambientales, que se prestan a través de esas entidades públicas.

Independientemente de la importancia que puede tener esa reforma, el dictamen votado señala que al adecuar la redacción del artículo 143 de esa ley estatal se da mayor claridad al mecanismo que determina este cobro, mediante el cual se obtienen los recursos para la funcionalidad de los organismos.

Aunque en realidad esas modificaciones no representan la imposición de nuevos cargos a los usuarios, como se ha interpretado erróneamente, el asunto es que la funcionalidad de las empresas paramunicipales o paraestatales operadoras de agua y drenaje obviamente depende de sus ingresos, pero fundamentalmente, esencialmente,  de una administración correcta y honesta de su patrimonio.

Es ahí donde radica la viabilidad de esos organismos.  El problema es que la perniciosa costumbre de designar a sus responsables con un criterio político ha provocado que la mayoría de esas instituciones enfrenten gravísimos problemas financieros y en consecuencia terminen por prestar deficientemente sus servicios..

En Tamaulipas no es extraño que este tipo de nombramientos recaiga en un frustrado aspirante a una candidatura priista, en el patrocinador de una campaña electoral o en algún amigo de quien toma las decisiones o de quien tiene ascendiente sobre el que decide.

Por eso es común que se entregue esa responsabilidad a personas que no tienen experiencia ni conocimientos para desempeñar el cargo de gerente general y casi siempre con una notoria predisposición a buscar provecho personal del puesto y  a utilizarlo con fines políticos.

Peor aún, que por las mismas razones tan subjetivas que obran en la designación de los gerentes generales de ese tipo de organismos, se fomenta que los costos administrativos aumenten escandalosamente ya que se les permite la contratación de personal innecesario, improductivo y especialmente muy  caro.  


En algunos casos, en municipios muy grandes, la nómina se abulta con la incrustacion de decenas de vividores del presupuesto público. Se dan excesos insultantes. Hay gerentes que tienen chofer, asistente personal y secretario particular.   

Entre tantas sinrazones parece que en lugar de utilizar procedimientos objetivos de contratacion, los funcionarios hacen  "casting" para la incorporacion de personal femenino a la empresa. 

A eso hay que añadirle que, como ocurre en cualquier dependencia del gobierno, de cualquier nivel  de gobierno, todos los  contratos de adquisiciones y obras públicas se manipulan para convertirlos en negocio particular.   El negocio es lo importante, no la prestación de servicios.

El día en que se saque a las ratas de esos lugares las cosas podrían cambiar.  Se vale soñar.

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