En el medio periodístico es común que a la vez que se desempeñan como reporteros hay quienes también sirven como informantes del gobierno. Su trabajo en la prensa les permite asistir a cualquier evento o reunión sin ninguna complicación
Como empleados de un medio de comunicación o como articulistas tienen una cómoda fachada para cubrir su labor de “orejas” como se les conoce en el gremio.
En las oficinas gubernamentales se reciben puntualmente sus reportes sobre los temas de interés para quienes ejercen el poder, principalmente sobre tópicos políticos, partidistas, conflictos sociales, entre muchos.
Como su trabajo de “orejas” depende del interés que genere la información que transmiten, es común que tergiversen las cosas para aumentar el valor de su tarea. Hay quienes hasta contextualizan, siempre dolosamente, los informes que envían sobre políticos, empresarios e incluso otros periodistas.
Su único interés es que los sigan considerando valiosos colaboradores de los sistemas de captura de información del gobierno. Además en muchos casos aprovechan para descargan sus frustraciones y resabios.
En su labor de informantes toman venganza contra sus enemigos.
Es común que quienes les pagan compren reportes distorsionados. El afán por conseguir información que les permita tener una visión más amplia de las cosas, los lleva a convertirse en rehenes de sus “orejas”.
En muchas ocasiones sus decisiones terminan por satisfacer los intereses de sus informantes. Se convierten en instrumento de sus apetitos personales y económicos.
Ese tipo de informantes son personas viles y cobardes.
1 comentario:
no olvidar que los burros siempre son orejones... y siempre pulularan gentes como los conejos: "orejones y pendejos". saludos. GABO
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