lunes, 21 de febrero de 2011

TAMAULIPAS: LOS GUARROS CONTRA LA PRENSA

Como ocurrió en la primera gira de trabajo que realizó en Reynosa el gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, elementos de su equipo de seguridad personal  se fueron  contra  un grupo de reporteros que trataron de entrevistarlo al término de un evento que encabezó luego de asistir a la celebración del Día  del Ejercito, que aquí presidió Felipe Calderón Hinojosa.

Lo peor es que al menos tres reporteras fueron víctimas de la prepotencia de los guardaespaldas del mandatario estatal.   Sandra Tovar del periódico El Mañana escribió que un elemento de seguridad le dio un manotazo en el pecho y que a la corresponsal de la agencia de noticias Notimex, Blanca Isela Zumaya Escobedo la jalaron un brazo para retirarla del paso del gobernador.

Durante la atropellada entrevista que dio el gobernador, a Blanca Isela la empujaban y uno de los guardaespaldas le jalaba el brazo para que no acercara la grabadora al rostro del Torre Cantú.  Lo hizo con tal brusquedad que le provocó una equimosis.

La nota de Sandra, publicada en la edición dominical del diario, refiere que a una reportera de un noticiero radiofónico trataron de quitarle su grabadora.   También señala que ante la protesta de los periodistas, Torre Cantú ordenó a los miembros de su círculo cercano de seguridad cesaran esa actitud.

El problema es que este tipo de incidentes no ha ocurrido solamente en Reynosa.  Diversos medios han dado cuenta de la prepotencia del personal asignado a la protección del gobernador tamaulipeco en sus visitas a otras partes del estado.   Igual ha ocurrido con periodistas de Ciudad  Victoria que cubren la fuente del Gobierno de Tamaulipas.

Independientemente de la naturaleza del trabajo que realizan y de las circunstancias que motivaron su contratación, resulta inaceptable que obstruyan el trabajo de los reporteros que buscan acercarse al gobernador para entrevistarlo.

Tampoco se les puede permitir que en ese afán maltraten a las personas.  Son inadmisibles esos excesos, especialmente cuando los cometen contra compañeras reporteras.  Independientemente del tipo de agresión, de obra o de palabra, esa conducta es inexcusable.

Lo preocupante es que a pesar de que ya han ocurrido varios incidentes de este tipo, hasta ahora nadie ha ofrecido una aclaración o una explicación, ya no digamos una disculpa.

¿De qué se trata? 

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