Una sentencia del TRIFE que resolvió el juicio presentado por un consejero estatal del PAN en Tamaulipas, sirvió para que se recrudeciera la guerra sucia desatada en contra del aún dirigente del Comité Directivo Estatal en el estado, Francisco Javier Garza de Coss.
Sus detractores se encargaron de difundir que ese órgano colegiado había ordenado la suspensión de derechos del dirigente panista por haber violado las disposiciones interna del partido y no haber emitido a tiempo la convocatoria para la elección del nuevo presidente del CDE panista en la entidad.
Una revisión incluso ligera del resolutivo de la Sala Superior del TRIFE permite concluir que a quienes se dieron a la tarea de propalar dicha versión, los mueven sus malsanos intereses ya que falsearon completamente el sentido de la sentencia de ese órgano judicial.
El juicio fue promovido por el consejero Alfredo Dávila Crespo quejándose que la Comisión de Orden del Consejo Nacional del PAN le había violado su derecho de petición al no responder a un escrito que presentó pidiendo sanciones en contra de Garza de Coss por su incumplimiento a las disposiciones internas del partido.
La sentencia del TRIFE señala que la Comisión de Orden al tomar el acuerdo de recomendar que el escrito de solicitud de sanciones en contra del presidente estatal del PAN en Tamaulipas, debía de presentarse ante el órgano competente para resolver un asunto de esa naturaleza, que es el Comité Ejecutivo Nacional del partido, cumplió parcialmente con su obligación de respetar el derecho de petición de Dávila Crespo.
Sin embargo, en el juicio la citada comisión no demostró que se le haya notificado debidamente sobre dicho acuerdo por lo que el TRIFE resolvió ordenarle que cumpliera con ese requisito para que se satisfaga plenamente su derecho de petición.
Hasta ahí el alcance de la sentencia del TRIFE. Nada más.
En realidad no extraña que quienes intentan a toda costa echar a Garza de Coss de la dirigencia partidista, impidiéndole que se reelija o que facilite la llegada de alguno de los militantes afines a él, le hayan dado este malicioso manejo a lo resuelto por el TRIFE.
Como el PAN siempre es escándalo en Tamaulipas lograron que se publicara esa falsedad sin mayores complicaciones, sin que su versión fuera revisada con cierto rigor periodístico. El morbo que provocan los sainetes entre panistas fue suficiente para que consiguieran espacio en los medios de comunicación.
Su malicioso comportamiento contradictoriamente tiene algo de ingenuidad: Creen que el único afectado será Garza de Coss.
Pareciera que ignoran que ellos, los panistas, han acostumbrado al público a tan deleznables espectáculos, siempre motivados por sus desenfrenados apetitos de poder. Que siempre se llevan entre las patas a su partido.
Su mayor problema es que nunca han podido construir los mecanismos que les permitan resolver sus diferencias sin desordenes, sin este tipo de impudicias. No han sido capaces de instaurar mecanismos de control, institucionales o informales, que impidan que siempre busquen el aniquilamiento de sus contrarios. No saben de negociaciones.
En sus procesos internos se comportan como chivos en cristalería.
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