martes, 11 de noviembre de 2014

ERICK SILVA SANTOS: ECHATE OTRA DE VAQUEROS

Luego que las autoridades federales de Estados Unidos revelaran que existe una orden de captura contra el ex alcalde de Matamoros Erick Silva Santos, acusado por fraude y conspiración para lavar dinero, al también ex subsecretario de la Secretaria General de Gobierno del gobierno tamaulipeco,  solo se le ocurrió una risible respuesta: se dijo víctima de una conspiración política internacional en su contra.

Esta semana se dio a conocer que el ex presidente municipal del puerto fronterizo es investigado por el gobierno estadounidense por lavado de dinero, proveniente del desvío de recursos del financiamiento de su campaña política y del gobierno de Matamoros, además de sobornos que se le imputa haber recibido.

Lo acusan de haber colocado esos fondos en cuentas bancarias en aquel país, mediante declaraciones y documentos falsos.  En la revelación de algunos detalles de la causa en su contra se informó que hay procedimientos en curso para incautarle una vivienda en Brownsville, Texas,  ubicada en Land O Lakes Subdivision según el registro del Condado Cameron, además de  fondos por alrededor de 3 millones de dólares depositados en Las Islas Bermudas.

En torno al caso, Silva Santos aseguró que es “un golpe mediático” que atribuyó a lo que definió como el “Grupo Matamoros” del Partido Acción Nacional. El ex alcalde de Matamoros dijo que lo difundido tiene el propósito de dejarlo fuera de la contienda electoral federal del año que entra.

Otra interpretación que ofreció sobre las acusaciones en su contra, que resulta igual de increíble,  también pone  detrás  de estas a los panistas. Aseguró que  buscan  “distraer lo que está ocurriendo en Matamoros con la alcaldesa Leticia Salazar.”

Silva Santos pintó a sus enemigos en el PAN como un grupo poderosísimo, con tanta influencia como para mover los hilos de la justicia estadounidense.  Sus afirmaciones muestran muy claramente una completa desconexión de la realidad, lo que lo  indujo a hacer afirmaciones tan  torpes como cínicas.

En sus declaraciones a un periódico de la Ciudad de México, el ex edil matamorense,  dijo que no está prófugo.  “Es puro chisme” aseguró. Agregó que está en Matamoros, “en mi casa, haciendo mis actividades normales”. Quizá sea así, pero habría que ver que ocurre en caso de que se emita una orden internacional para su captura.


De acuerdo con la información liberada por la una corte estadounidense, Silva Santos utilizó los recursos malversados para invertir en certificados de depósitos en Estados Unidos y en las Islas Bermudas.

jueves, 6 de noviembre de 2014

PRD: ENTRE EL LINCHAMIENTO DEL SUBMUNDO Y LA REALIDAD DEL HARTAZGO

El manoseo político que se ha dado al caso Ayotzinapa, aunque deleznable, no tiene nada de extraordinario porque solo es un reflejo del cinismo y perversidad que caracteriza a quienes se desenvuelven en esa actividad, que,  por eso y mucho más, resulta una de las más despreciadas por la sociedad.
 La filiación partidista de José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala preso ya por los delitos de delincuencia organizada, secuestro y homicidio calificado, dio pie a muchas descalificaciones e imputaciones en contra de quienes lo promovieron políticamente.
El caso fue usado aviesamente por enemigos internos y externos de aquellos a quienes se achaca la responsabilidad de haber influido para que el varón de la llamada “pareja imperial” guerrerense fuera postulado candidato perredista a la alcaldía igualteca.
Las cosas llegaron a tal extremo que animaron al ex presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Ortega, a dolerse públicamente de lo que calificó como “una campaña de odio, alentada por algunos medios de comunicación que no contribuyen a resolver la grave crisis y provocan encono”
En parte tiene razón, porque esta tragedia, que provoca una indignación que se aviva cada día, efectivamente dio pretexto para que se desatara una bajuna confrontación entre muchos políticos de distintos partidos.
En medio de sus lamentaciones por lo que también juzgó como un “linchamiento”, contradictoriamente  se sintió legitimado para tomar y arrojar su piedra.
Sin rubor la arrojó contra el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a quien señaló de haber impulsado a Lázaro Mazón como candidato al gobierno de Guerrero, quien a su vez apoyó a Abarca para buscar la alcaldía de Iguala.
En este entorno, quien igualmente se quejó del maltrato que les han dado fue el también ex presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, quien fue echado de la UNAM por un grupo de estudiantes que repetidas veces le gritaron asesino.
En su cuenta de twitter escribió que “la intolerancia- basada en la calumnia- de una minoría le hace el juego a la derecha autoritaria.”
Aunque lo hizo de manera grotesca e insensible,  de alguna manera le asiste la razón cuando publicó que “hay zopiloteo” en  torno  a “lo de Iguala por parte del PRI, PAN etc.”. Sin embargo Zambrano falló completamente en su interpretación respecto de lo que le ocurrió en la UNAM.

Aunque las imputaciones que le hicieron los estudiantes pueden resultar subjetivas, en realidad fueron una expresión airada del nivel del  hartazgo que hay en la sociedad. Es una manifestación del estado de ánimo social que los políticos, a pesar de todo lo sucedido en el último mes, no alcanzan a entender: la gente ya está hasta la madre.