lunes, 18 de junio de 2012

ADIOS PRIETO: GRACIAS POR PARTICIPAR


Conforme se acerca la elección del próximo mes de julio, el candidato panista a la diputación federal por Reynosa, Humberto Prieto Herrera llega al final de su campaña en medio del desorden, de las disputas y de las traiciones internas que empujan al precipicio su desafortunada participación en este proceso electoral.

Las versiones de la inconformidad de varios de sus asesores porque no les han pagado lo convenido por sus servicios trascendieron lo interno del grupo contratado para organizar su campaña política.  Los amargos reclamos  por la falta de pago también los hacen varios proveedores, incluida una empresa regiomontana que les ha maquilado artículos promocionales.

Eso, es lo malo. Lo peor que ocurre en la campaña del ex dirigente estatal de las juventudes panistas es el  vacio que le han hecho otros grupos políticos, como el del candidato al senado Francisco García Cabeza de Vaca, que saben que Prieto Herrera es un lastre político de alto riesgo.

Apenas iniciada la campaña se dieron cuenta que el equipo de campaña del candidato a la diputación por Reynosa lo iba a manipular para perjudicar a Acción Nacional.  Que la misma gente que usando las siglas de otro partido se fue contra el PAN en la elección de Ayuntamiento en el 2010, iba a repetir esa estrategia pero ahora desde adentro.

Prieto Herrera es tan ingenuo que además de sentirse satisfecho con todas las falsedades que su equipo de prensa publicita sobre él y su proselitismo, no ha alcanzado a visualizar que la estructura electoral que le ofrecieron sus operadores políticos se va a utilizar para favorecer a otros intereses.

El capricho familiar de hacerlo candidato está resultando caro. Es un apetito que ya empieza a mostrar sus desastrosas consecuencias.

Pronto caerán en la cuenta que al ganar la candidatura empezaron a perder todo.  Que las grandes cantidades de dinero que le invirtieron a su costoso triunfo  en la elección interna del mes de febrero,  alimentaron un plan que tiene como objetivo beneficiar a otros.

Que lograr su registro como candidato era parte de una maquinación que lo usó como carne de cañón.   Pero al final, con suerte,  quizá aprenda una lección: Que los ilusos no llegan lejos en la política.

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