El candidato del Partido Acción Nacional a la diputación federal por el tercer distrito de Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal, en su condición de ignorante de la realidad social de los más empobrecidos, tomó como bandera política programas de gobierno que han contribuido a la degradación de las condiciones de vida de miles de trabajadores de la región.
Festinan sus boletines de prensa a lo que califica como “el nuevo Infonavit y a las instituciones promotoras de vivienda de los gobiernos panistas” y asegura que este instituto financia “viviendas confortables hechas de materiales duraderos”.
En su calidad de junior, recién estrenado en la política gracias a las intrigas que lo llevaron a convertirse en regidor del Ayuntamiento de Reynosa desde principio de 2008, el candidato panista desconoce la terrible realidad de las familias de los asalariados que han recibido viviendas financiadas por esa institución.
La mayor parte de los créditos entregados por el Infonavit en Tamaulipas, en Reynosa principalmente, son para el financiamiento de las llamadas viviendas económicas, que tienen una superficie de construcción de 39 metros cuadrados.
Debido a la pésima calidad de los materiales y por su reducido espacio, estas construcciones no reúnen los requisitos mínimos para una saludable habitación. Con el criterio de que peor es no tener nada, los gobiernos panistas promovieron este programa para personas de bajos salarios y se estimuló la construcción de este tipo de viviendas, que representan la negación de las condiciones de habitabilidad que debe reunir una vivienda
En esas casas que el candidato panista festina como un logro de los gobiernos del PAN, las familias viven en el hacinamiento de tal suerte que, aunque no lo imagine Gómez Leal, luego entran en disputa por el espacio.
Esta condición de precariedad termina por afectar la salud física y emocional de las personas y genera las condiciones para la degradación de las relaciones familiares. La vivienda no implica solo condiciones objetivas para habitar sino también de elementos subjetivos que difícilmente esos espacios pueden proporcionar
No son funcionales, no ofrecen la posibilidad de una libre circulación interna y por las reducidas dimensiones de los cuartos terminan por usarse para varios propósitos.
Tales construcciones propician el desgaste de la calidad de vida de las personas, eso sin contar que por el tipo de material que se utiliza para su construcción, en la temporada de elevadas temperaturas que imperan en la región norte de Tamaulipas, se convierte en verdaderos hornos que las hacen casi inhabitables.
Pero aún con esto, hay panistas como Gómez Leal que están convencidos de que los pobres trabajadores mejoraron sus vidas con la adquisición de esas viviendas. Creen, en su mentalidad retrograda, que los beneficiarios han alcanzado un estadio superior, cuando la realidad es totalmente diferente.
Por ejemplo, en una reunión de trabajo en Reynosa, una alta funcionaria del Infonavit aseguró que alrededor de los fraccionamientos con vivienda económica se trataba de promover la construcción de casas habitación de mayores dimensiones para evitar la generación de “guetos”. Ni más ni menos.
Tienen una propiedad sí. Un patrimonio que puede ser suyo en 20 años, si. Pero que tengan mejores condiciones de vida es extremadamente difícil.
Lo grave de tal percepción del candidato panista a la diputación por el tercer distrito de Tamaulipas, es que está firmemente convencido de ideas tan descabelladas.
Festinan sus boletines de prensa a lo que califica como “el nuevo Infonavit y a las instituciones promotoras de vivienda de los gobiernos panistas” y asegura que este instituto financia “viviendas confortables hechas de materiales duraderos”.
En su calidad de junior, recién estrenado en la política gracias a las intrigas que lo llevaron a convertirse en regidor del Ayuntamiento de Reynosa desde principio de 2008, el candidato panista desconoce la terrible realidad de las familias de los asalariados que han recibido viviendas financiadas por esa institución.
La mayor parte de los créditos entregados por el Infonavit en Tamaulipas, en Reynosa principalmente, son para el financiamiento de las llamadas viviendas económicas, que tienen una superficie de construcción de 39 metros cuadrados.
Debido a la pésima calidad de los materiales y por su reducido espacio, estas construcciones no reúnen los requisitos mínimos para una saludable habitación. Con el criterio de que peor es no tener nada, los gobiernos panistas promovieron este programa para personas de bajos salarios y se estimuló la construcción de este tipo de viviendas, que representan la negación de las condiciones de habitabilidad que debe reunir una vivienda
En esas casas que el candidato panista festina como un logro de los gobiernos del PAN, las familias viven en el hacinamiento de tal suerte que, aunque no lo imagine Gómez Leal, luego entran en disputa por el espacio.
Esta condición de precariedad termina por afectar la salud física y emocional de las personas y genera las condiciones para la degradación de las relaciones familiares. La vivienda no implica solo condiciones objetivas para habitar sino también de elementos subjetivos que difícilmente esos espacios pueden proporcionar
No son funcionales, no ofrecen la posibilidad de una libre circulación interna y por las reducidas dimensiones de los cuartos terminan por usarse para varios propósitos.
Tales construcciones propician el desgaste de la calidad de vida de las personas, eso sin contar que por el tipo de material que se utiliza para su construcción, en la temporada de elevadas temperaturas que imperan en la región norte de Tamaulipas, se convierte en verdaderos hornos que las hacen casi inhabitables.
Pero aún con esto, hay panistas como Gómez Leal que están convencidos de que los pobres trabajadores mejoraron sus vidas con la adquisición de esas viviendas. Creen, en su mentalidad retrograda, que los beneficiarios han alcanzado un estadio superior, cuando la realidad es totalmente diferente.
Por ejemplo, en una reunión de trabajo en Reynosa, una alta funcionaria del Infonavit aseguró que alrededor de los fraccionamientos con vivienda económica se trataba de promover la construcción de casas habitación de mayores dimensiones para evitar la generación de “guetos”. Ni más ni menos.
Tienen una propiedad sí. Un patrimonio que puede ser suyo en 20 años, si. Pero que tengan mejores condiciones de vida es extremadamente difícil.
Lo grave de tal percepción del candidato panista a la diputación por el tercer distrito de Tamaulipas, es que está firmemente convencido de ideas tan descabelladas.
1 comentario:
es un pinche riquillo que vive en medio del lujo que les da la riqueza que tienen y que es producto de la corrupcion.
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