El tema de la cultura general se convirtió en el detonante para una oleada de críticas en contra de los aspirantes presidenciales Enrique Peña Nieto y Ernesto Cordero Arroyo, eso sí, mucho más devastadora para el primero debido a la inoportuna y discriminatoria defensa que hizo su hija mayor de él.
El ex secretario de Hacienda, en una entrevista radiofónica criticó la incultura de Peña Nieto e incluso utilizó su bochornoso desacierto durante la Feria Internacional de Libro para tratar de alabar el proceso interno de su partido del que saldrá el candidato panista a la Presidencia de la Republica.
Luego de describir el procedimiento como una oportunidad para la discusión y reflexión para los panistas remató que en otros partidos “se precipitaron se adelantaron y está sucediendo lo que estamos viendo están eligiendo a un candidato que en términos de cultura general, que es muy importante para gobernar, todos tenemos ya serias dudas. Para que precipitarse”.
En esa misma entrevista, Cordero Arroyo también confundió el nombre de la autora de unos de los libros que, a pregunta expresa de conductor, citó entre sus favoritos.
Ante las críticas que recibió por ello, el también ex titular de la Sedesol, ofreció dos explicaciones de una pobreza intelectual preocupante.
Primero dijo que “Hay de resbalones a resbalones”, tratando torpemente de establecer una diferencia entre la confusión literaria de Peña Nieto y la suya.
Eso es como si hubiera dicho que el ex gobernador mexiquense está peor que él. ¡Vaya nivel de comparación!
Luego vino la otra justificación, que, aunque trató de hacerla en un tono jocoso, en el fondo mostró su resistencia a reconocer llanamente el error que cometió al cambiarle el nombre a la autora de uno de sus libros favoritos.
“Me agarraron muy temprano”, dijo el aspirante panista para minimizar esa confusión.
Estaría muy complicado tener un presidente que debiera tomar decisiones después del mediodía porque ya nos enteró que por la mañana definitivamente no calibra.
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