SNTE: AL BUEN ENTENDEDOR

A dos días de la detención de Elba Esther Gordillo Morales, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ya tiene un nuevo dirigente, Juan Díaz de la Torre, quien al asumir el cargo anunció su apoyo a la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto.

La elección del sustituto de Gordillo Morales fue unánime. Ni un solo voto en contra. En su discurso no hubo una sola alusión a la procesada.

Planteó la necesidad de que el sindicato defienda sus conquistas laborales, pero matizó señalando que la reforma educativa es la que el país requiere y que por eso la organización la avala.

Lo anterior es señal de que la acción penal contra la ahora ex dirigente del SNTE es una manera civilizada de terminar con su cacicazgo y dar paso a una dirigencia cercana al interés del gobierno.

Lo que ocurrió con Gordillo Morales es que la alternancia provocó que perdiera la proporción de las cosas. 

De ser instrumento del presidencialismo priista pasó a convertirse en un  factor real de poder  en los gobiernos de Vicente Fox Quezada y de Felipe Calderón Hinojosa.     

Todo lo que conquistó durante los doce años del PAN en Los Pinos terminó por convertirse en  su tumba.  Lo que en ese periodo favoreció su encumbramiento, en menos de tres meses se convirtió en las causas de su desastroso final.

La ahora procesada, malinterpretó las causas de su fortalecimiento durante la docena panista. No supo entender que el poder que acumuló en esos años se debió fundamentalmente a la torpeza y debilidades políticas de los dos presidentes panistas.

Con ello Gordillo cometió un error fatal.  Iniciado el sexenio peñista entró en la ruta de confrontación con el gobierno.  Su soberbia les dio a las autoridades la oportunidad de oro para liquidarla políticamente.

Las acciones en su contra le atrajeron muestras generalizadas de reconocimiento al presidente Peña y además se convirtieron en una poderosa señal que a menos de dos días  de su encarcelamiento lograron la realineación del sindicato.