jueves, 9 de abril de 2015

KORENFELD: VUELO EN PICADA

El uso abusivo e ilegal  de un helicóptero propiedad del gobierno por parte del ahora ex director de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld,  ejemplifica la actitud patrimonialista con la que se conducen los servidores públicos y el cinismo que les caracteriza cuando pretenden justificarse.

Actos parecidos son cotidianos. La corrupción generalizada que existe en todas  las esferas gubernamentales, fenómeno profundamente enraizado en la cultura política del país, explica porque los funcionarios asumen que pueden manejar  los bienes públicos como suyos.

Este grave problema, sabemos,  en parte se explica por la impunidad, la variante más perniciosa de corrupción,  que cubre a los involucrados en actos deshonestos e ilegales.

David Korenfeld pensó que sus desvergonzadas declaraciones sobre el uso de la aeronave serían suficientes para amortiguar el efecto que tuvo la publicación del video en el que aparece con su familia momentos antes de abordar el vehículo, que utilizaron para fines personales.

Aun en los momentos en que anunció su renuncia a la dependencia tuvo el descaro de asegurar que siempre se condujo apegado “a la verdad y la honestidad”.

Esta cultura del despilfarro y desvío de los recursos públicos sin embargo está amenazada por las redes sociales. El despido del también ex presidente municipal de Huixquilucan, Estado de México, como director de Conagua, fue forzado por el impacto que provocó la difusión de su abusiva conducta en internet.

Desde el inicio de su mandato el presidente Peña Nieto está sujeto a un severo escrutinio. Vive en medio de una permanente crítica y descalificaciones  inconcebibles en los tiempos, no tan lejanos,  en los que el gobierno tenía todos los hilos del control de la información que se divulgaba en el país.

Educados en los modos y costumbre de un sistema  caracterizado por los excesos del poder por un lado y la subordinación gustosa de la clientela política por el otro, quienes ahora gobiernan no atinan cómo reaccionar  frente a una realidad social que los rebasa.  


Internet se está significando como un contrapeso real que ha metido en graves apuros a quienes son producto de esa cultura permeada por la corrupción y la impunidad.  Las redes sociales están poniendo contra la pared a aquellos para quienes la rendición de cuentas no existía.

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