miércoles, 11 de abril de 2018

Desde 1998, el gobierno de Estados Unidos levantó un muro virtual que impidió a miles de mexicanos entrar a Estados Unidos. Antes, con relativa facilidad, la gente de la frontera norte sacaba las llamadas “tarjetas locales” directamente en las oficinas del Servicio de Inmigración y Naturalización en los puentes internacionales.

A partir de ese año, los trámites de la llamada “Visa Láser”, que se autoriza a residentes fronterizos para cruzar a territorio estadounidense, deben hacerse en los consulados o la embajada de Estados Unidos en México.

El costo de casi 200 dólares por la solicitud de la visa y el requisito de presentar el pasaporte mexicano, por el que deben pagarse derechos federales, significaron un obstáculo insalvable para miles de personas de escasos recursos que, al cancelarse las tarjetas locales, ya no pudieron volver a entrar a ese país.

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