lunes, 16 de abril de 2012

OTRA HISTORIA COMO CUALQUIERA

La miro y no dejaba de sentir esa incomodidad que lo invadió desde que debieron sentarse juntos. No encontraba razón alguna que justificara tenerla a su lado. Su presencia era realmente un fastidio.

Cuando ella extendió el brazo y le palmeó el muslo quiso retirar la pierna inmediatamente, pero como los presentes estaban pendientes de todo lo que ocurría alrededor de ellos, se contuvo a pesar de la sensación de asco que le provocó el contacto.

Entre el barullo de la gente que se encontraba en el lugar, ella acercó el rostro a su oído y le dijo algo, que no supo que fue porque no le prestó atención. Casi con coraje, observó la estúpida expresión sonriente que no abandonaba su rostro desde el momento que tomó asiento en la silla que estaba junto a la suya.

Lo que más le irritaba era su actitud. “Pendeja”, masculló para sí, “actúa como si realmente fuera importante”. Sentía tanta molestia por su cercanía que prácticamente no prestaba atención a lo que ocurría alrededor.

A pesar de que sabía que debía tratar de tolerar ese tipo de encuentros, con extrema dificultad controlaba el desagrado que le provocaba. A pesar de haberse entrenado para ello, le costaba un enorme esfuerzo sonreír.

Lo peor era la repulsión que sentía al percibir el aroma dulzón de su perfume. “Pinche vieja zarrapastrosa se debe haber vaciado todo el frasco de esa porqueria que trae puesta” pensó.

El suplicio que pasaba terminó cuando escuchó que la anunciaban: “Ahora recibamos a la presidenta de esta colonia quien dará la bienvenida a nuestro candidato”


Nota: El parrafo final original era diferente y habia dado pie a intepretaciones sobre el grave conflicto que existe entre los integrantes de la formula panista de candidatos de mayoría relativa por Tamaulipas. Este texto es imaginario y queria reflejar lo que ocurre generalmente en el trato entre un politico y una persona común y corriente.

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