martes, 20 de septiembre de 2016

TAMAULIPAS: ¿GOBIERNO MOROSO O MAÑOSO?

El gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, aseguró que la deuda que dejará al final de su gobierno, en unos cuantos días, no es “ni remotamente de 20 mil millones de pesos”.  

Dicen que al abordar el tema se le notaba molesto.

Sus declaraciones seguramente tienen que ver con lo que recientemente dijo el gobernador electo Francisco García Cabeza de Vaca quien calificó a la deuda que recibirá  como “desmedida” ya que supera los 17 mil millones de pesos.

El aún mandatario se quiso curar en salud con su afirmación pero no ofreció datos que la soportaran. 

Quizá los enormes pasivos que tiene el estado, como enfatizó,  no llegan a 20 mil millones pero no están lejos de esa cifra.

Al mes de marzo de este año, la deuda del gobierno estatal era de 18 mil 175 millones 84 mil 436 pesos.  El 36.1 por ciento de esa exorbitante cantidad corresponde a cuentas por pagar a corto plazo.

Son 6 mil 564 millones 373 mil 643 pesos que se deben a contratistas y proveedores. Aunque ahí se incluyen otros compromisos de corto plazo la mayor parte son adeudos con empresas o personas físicas que le vendieron bienes, servicios o le construyeron obras al gobierno.

Los números permiten suponer que hay un desorden en las finanzas de la entidad. Exhiben al gobierno como un deudor moroso o quizá mañoso.

En solo tres meses, las cuentas por pagar a corto plazo (contratistas y proveedores) aumentaron mil 339 millones 147 mil 447 pesos. Lo que dejaron de pagarles aumentó 31 por ciento respecto al cierre del ejercicio fiscal 2015.

La información pública de la administración estatal indica que al pasado mes de diciembre  esas cuentas por pagar sumaban poco más de  4 mil 192 millones de pesos.  Al mes de marzo subieron a poco más de 5 mil 532 millones de pesos.

El resto de lo que debe el gobierno de Tamaulipas son 11 mil 610 millones 710 mil 793 pesos que corresponden a la deuda pública, compuesta por todos los créditos de largo plazo que se han contratado en años recientes.

Aunque el pago de esos préstamos es una carga descomunal para las finanzas locales debe considerarse que son compromisos a futuro con diferentes fechas de vencimiento.

El problema grande, la amenaza a la estabilidad presupuestaria, son esos más de 6 mil 564 millones en cuentas de corto plazo  a las que las autoridades siempre evitan referirse en sus declaraciones.

No vaya a ser que los tilden de los que son: malos administradores, por decir lo menos.

¿Cuánto dejarán sin pagar de todo lo que se debe a proveedores y contratistas? Solo ellos lo saben pero no hay que descartar que hagan negocio con la liquidación de esos pasivos.

Es fama pública que quien extiende un cheque para liquidar un adeudo viejo, generalmente exige hasta el 40 por ciento del total como su comisión por la liberación del documento.


Los famosos moches. Plan con maña

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