Mauricio Fernández Garza y Carlos de la Fuente Flores, alcaldes de San Pedro y San Nicolás, Nuevo León, junto con el diputado local Víctor Fuentes Solís, presentaron una iniciativa de reforma constitucional para reducir la edad penal a doce años en casos de delitos graves relacionados con la delincuencia organizada.
Los panistas argumentan que su propuesta legislativa obedece a lo que calificaron como “creciente participación de niños “en actos delictivos como homicidio y lesiones agravadas, privación ilegal de la libertad o posesión de armas prohibidas.
Fernández Garza y De la Fuente Flores declararon que apoyan la iniciativa porque en los municipios que gobiernan, la mayoría de los delitos son cometidos por jóvenes. Ambos coincidieron al señalar que es necesario que se les castigue de manera ejemplar.
Esta iniciativa demuestra porque los panistas se han ganado su fama de reaccionarios. Exhibe su incapacidad para entender la complejidad de los fenómenos económicos, políticos y sociales que nos han llevado a la situación que padecemos.
El creciente empobrecimiento de la mayoría de la población y la falta de alternativas para hacerle frente a su lastimosa condición, han provocado que millones de niños, adolescentes y jóvenes se encuentren sumidos en un mundo de terribles privaciones.
Sus carencias, desde alimentación, vestido, esparcimiento y educación, entre otras, son consecuencia de políticas públicas hipócritas, que en el discurso enaltecen y reivindican a los pobres pero que en los hechos privilegian a los grupos de poder que realmente gobiernan este país.
Nada, absolutamente nada de lo anterior pasa por la mente de quienes promovieron que se mande a la cárcel a los niños. A los efectos de la ruina social provocada desde el gobierno no le encuentran más salida que endurecer los mecanismos de coerción legal del estado.
No es posible que a una de las consecuencias de la enorme injusticia social e inequitativa distribución de la riqueza que hay en el país, se le pretenda atender con la criminalización de quienes a final de cuentas de algún modo también son víctimas.
Esta expresión de la cerrazón de estos panistas no debe prosperar. Al rato podrían hasta proponer que se esterilice a las mujeres marginadas como método de prevención del delito.
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