martes, 29 de mayo de 2012

PAN: SOÑAR…SI CUESTA Y MUCHO


El candidato del PAN a la diputación federal por Reynosa, Humberto Prieto Herrera, es un muchacho al que sus “asesores” le hacen un daño terrible al tratar, de manera  muy rudimentaria, de presentarlo como lo que no es.

 El aspirante panista aunque ostenta un título profesional del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, carísima escuela de la que egresó con dificultades académicas, tiene un bajísimo nivel de conocimientos sobre la realidad nacional.

En una estrategia torpe, limitada y sustancialmente cínica, desde el principio de su campaña lo empujaron a simular que si conoce la complejidad de la problemática del país. Al paso de las semanas, por la influencia que en él tienen sus “asesores”, cometió el terrible error de convencerse  de que efectivamente si sabe.

Bajo ninguna consideración la ignorancia debe ser criticable. No es una condición por la que deba recriminarse a alguien.   La cortedad de conocimiento no desmerece a nadie como persona.

El problema es que el ignorante candidato panista, por un infundado, y seguramente inducido  envanecimiento, pretende aparentar lo que no es. 

Su actitud, lo que dice que piensa,  lo que se le atribuye en sus burdos boletines de prensa, son un insulto para cualquier persona con una mediana cultura general. 

Su pobreza discursiva, las vacilaciones constantes al momento de expresarse por su evidente falta de entendimiento de la realidad nacional, difícilmente causan la impresión que tanto él cómo quienes organizan su campaña política pretenden generar.

Parte de lo que le ha ocurrido se debe a que es “candidato de papi”.   

Su padre José del Carmen Prieto Valenzuela fue secretario de Obras Publicas en el trienio 2005-2007 en el que el PAN gobernó desastrosamente el municipio de Reynosa. 

En el panismo local es sabido que el ex funcionario se gastó un dineral para comprar los votos que le permitieron conseguir la candidatura para su hijo.  Seguramente lo hizo pensando en las puertas que puede abrir un diputado.

Como empresario de la construcción y como ex servidor público, Prieto Valenzuela conoce a la perfección los entresijos de la corrupción en la asignación de contratos de obras públicas. No es casual que al dejar el cargo municipal salió con múltiples señalamientos de haberse enriquecido con el erario de Reynosa.

Penosamente en ese incierto afán de tener una palanca propia ya se llevó entre las patas al muchacho.

A diferencia de la frase popular, en este caso parece que soñar si cuesta mucho, y no solamente dinero.   

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