lunes, 24 de septiembre de 2012

PEMEX: JUGAR CON LA TRAGEDIA


A casi una semana del incendio ocurrido en las instalaciones de Petróleos Mexicanos en Reynosa, que oficialmente causó 30 muertes y casi cincuenta  heridos, la credibilidad de la empresa y de la Procuraduría General de la Republica están por los suelos.

Aunque la paraestatal ha insistido en que no hay ninguna persona desaparecida, los familiares de varios trabajadores que se encontraban en el sitio de la explosión iniciaron su búsqueda en las inmediaciones del lugar.

A través de su cuenta de Twitter, PEMEX ha informado que el número de víctimas fatales del percance es el que se ha señalado y que no hay ningún trabajador desaparecido.  También ha  reiterado que aquellos a quienes sus familias consideran en tal condición, están entre los muertos que no han sido plenamente identificados.

A pesar de estas explicaciones, la indignación y  frustración que sienten esas personas porque consideran que las autoridades no están actuando con honestidad, los motivó a que organizaran estos grupos de búsqueda.

Una de las causas de la percepción de que las autoridades están manipulando la información es la forma en que PEMEX ha dado cuenta de lo ocurrido

A poco menos de diez horas después del trágico suceso, tras actualizar el número de muertos y heridos,  la paraestatal publicó que “siete trabajadores aun permanecen desaparecidos”

A las ocho y media de la noche del día 18 se informaba que había 26 trabajadores muertos.   A las cinco de la mañana del 20, en su misma cuenta de esa red social señaló que “el número de trabajadores fallecidos por el accidente ocurrido en Reynosa ascendió a 30”

Si la empresa ha reiterado que entre esta última cifra oficial de muertos están quienes sus familias consideran desaparecidos, entonces, en todo caso, el número de víctimas fatales debía ser 34 ya que debería incluir aquellos siete que la propia empresa había considerado en esa circunstancia.

Por otra parte, la desesperación de esas familias, que públicamente denuncian la falta de sensibilidad de las autoridades ante la situación que enfrentan, provocó que funcionarios de PEMEX terminaran por actuar contradictoriamente y hasta con cierta  perversidad.

Como el gobierno del estado, también bajo la presión que generó la divulgación de la búsqueda iniciada por los familiares de los desaparecidos, les facilitó un helicóptero de Protección Civil para que sobrevolaran por el lugar de la tragedia, la paraestatal también dispuso una aeronave para apoyarlos.

Si la posición de Petróleos Mexicanos es de que no hay desaparecidos tras el fatal suceso, no tiene porque alentar de esa manera falsas expectativas a esa gente que se encuentra afectada por el más terrible de las penas morales que es la incertidumbre.

Si afirman con tanta seguridad que no existen trabajadores desaparecidos, la empresa no debió enviar el helicóptero para apoyar una búsqueda que en todo caso sabe que sería infructuosa.  Aunque definitivamente ayudan a los propósitos de esas personas, no deja de ser una acción  inmoral.  



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