Nunca hemos cruzado palabra. Sé del importante cargo que ocupa en el
Gobierno de Tamaulipas. Me entero de las
criticas, algunas muy fuertes, que hacen sobre su desempeño. He escuchado a
quienes solo tienen halagos para su persona.
Entiendo la naturaleza del
interés por el que mucha gente busca tener una relación con él en su calidad de
Coordinador de Comunicación Social del gobierno estatal.
Lo conozco de nombre y de vista.
Guillermo Martínez García, es el
responsable de la difusión de las actividades del gobernador y de las oficinas
que dependen de Egidio Torre Cantú como
titular del Poder Ejecutivo de Tamaulipas.
Horas después de la explosión
ocurrida en las instalaciones de PEMEX que se ubican en la carretera Monterrey
Reynosa, que provocó casi treinta muertes y dejó más de 40 heridos, el vocero
del gobierno tamaulipeco llegó a Reynosa acompañando a Torre Cantú.
El mandatario estatal estuvo en
la ciudad para realizar, junto con el director general de Petróleos Mexicanos,
un recorrido por el lugar donde ocurrió el siniestro. En las primeras horas de la noche, ambos ofrecieron declaraciones a la prensa sobre el
mortal percance.
La intervención del gobernador
fue solo para ofrecer sus condolencias a los familiares de los trabajadores
muertos en el accidente.
Antes, en el exterior de la Casa
de Visitas de las oficinas administrativas de PEMEX, los reporteros que
acudieron a la rueda de prensa debieron congregarse en la esquina de una las
calles interiores de la instalación.
El tema de conversación entre los
periodistas era el terrible accidente. Compartían
su experiencia personal en la cobertura de los hechos. Había conmoción por la dimensión
que había cobrado el infausto suceso.
Ahí llegó el vocero del Gobierno
de Tamaulipas. Durante varios minutos charló
con trabajadores de los medios de comunicación presentes, en forma individual o
en pequeños grupos.
En uno de esos momentos se quedó con
dos reporteros. Compartían detalles del incidente cuando Martínez García tuvo
la ocurrencia de comentar que en su área no había día aburrido. Inmediatamente soltó la risa.
Sin conocerlo lo conocí.
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