martes, 2 de agosto de 2016

EGIDIO: LOS ULTIMOS 250 Y NOS VAMOS

Al 31 de marzo de este año, la deuda del gobierno de Tamaulipas llegó a  11 mil 969 millones 354 mil 726 pesos pero tres meses después al cierre de junio pasado ya había subido a 12 mil 114 millones 927 mil 474 pesos.

Este aumento se presentó porque el gobierno estatal tomó los últimos 250 millones que quedaban pendientes de un crédito simple por mil millones de pesos que se contrató con el Banco Santander apenas el 11 de marzo del presente año.

El incremento real de la deuda estatal entre marzo y junio es de 145 millones 572 mil 748 pesos, seguramente porque deben haberse pagado poco más de 100 millones de pesos de abono al total de los contratos adquiridos desde 2010.

Según la Ley de Deuda Pública Estatal y Municipal de Tamaulipas, se entiende por deuda pública a cargo del Estado, la contraída por conducto del gobierno estatal como responsable directo o como avalista o deudor solidario de sus organismos descentralizados, empresas de participación estatal mayorista y sus respectivos fideicomisos.

Tomando en cuenta que el Instituto Tamaulipeco de Vivienda y Urbanismo tiene una deuda de 664 millones 456 mil 434 pesos y sin considerar el aval que el gobierno ha dado a varios ayuntamientos para la contratación de créditos, la deuda estatal al cierre de junio asciende entonces a 12 mil 779 millones 383 mil 908 pesos.

El problema de fondo es que se desconoce el destino de los créditos contratados.

Por ejemplo, el gobierno tamaulipeco ya dispuso completamente de los mil millones de pesos que adquirió apenas el mes de marzo. Antes de que concluyera ese mes tomaron 750 millones y antes de terminar junio lo hicieron con los restantes 250.

Nadie sabe en que se usó ese dinero.

De acuerdo con la ley los recursos adquiridos mediante deuda pública deben destinarse para inversiones públicas productivas.  Esto obliga a que los proyectos que se financien con dinero proveniente de empréstitos deben buscar una rentabilidad social.  

Hace unos meses, el titular de la Secretaria de Finanzas del gobierno del estado declaró que la mayor parte de los créditos contratados en esta administración estatal se ocuparon para el rubro de seguridad.

Suponiendo que esos recursos se consideren inversiones públicas productivas y tomando en cuenta que los niveles de inseguridad no solo no bajan sino que se han incrementado: ¿Dónde está la rentabilidad social de todo ese dinero?

Todos sabemos que en los últimos años a pesar de los miles y miles de millones de pesos usados para reforzar la estrategia de seguridad en Tamaulipas las cosas han empeorado. De nada han servido para atender el fondo del gravísimo problema que padecemos en el estado.


Menudo paquete para la administración estatal que inicia en octubre.

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