lunes, 26 de diciembre de 2016

TAMAULIPAS: LOS GOLPES DE PECHO DEL EX GOBERNADOR PROFUGO

Sin dar la cara, mediante un video que seguramente ordenó que se le atribuyera, el ex gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández Flores pretende justificar el crédito de 6 mil millones de pesos que contrató en el 2009, menos de año y medio antes de terminar su sexenio, mismo que a la fecha representa casi la mitad de la descomunal deuda pública que padece el estado.

Antes de revisar lo que se afirma en el audiovisual, vale la pena señalar que hay documentos que muestran que las condiciones para el pago del crédito adquirido con Banorte resultan abusivas, con una ventaja excesiva para el banco.  Un contrato en demérito del interés común

Documentales relacionadas con el empréstito y el fideicomiso creado con motivo de este, revelan que la mayor parte de la carga financiera, con ganancias exageradas para el banco a lo largo de los 20 años de vigencia del contrato, será para la actual administración que encabeza Francisco García Cabeza de Vaca y los dos gobernadores que le sucedan a partir del 2022.

En un expediente del citado fideicomiso se inserta el calendario de amortizaciones mensuales hasta septiembre de 2029, fecha de vencimiento del contrato. A simple vista se nota la mala intención de cargarle el grueso de esas obligaciones económicas a la actual y a las siguientes administraciones.

En dicha programación se observa que las mensualidades en lugar de disminuir van aumentando considerablemente. Por ejemplo en el 2016, la correspondiente a enero fue de poco más de 10 millones 600 mil pesos mientras que la de diciembre subió a  12 millones 162 mil pesos, para acumular un pago anualizado  de 136 millones 432 mil 232 pesos.

Para el 2017, el gobierno del estado deberá gastar poco más de 158 millones y medio de pesos por las amortizaciones del año. Desafortunadamente, al documento que contiene esa información le falta el calendario del 2018 al 2020. También carece de datos sobre los pagos de varios meses en el 2021.

En el 2022, último año del sexenio de García Cabeza de Vaca, deberán pagarse casi 334 millones de pesos por la amortización anualizada.  En el 2023 las obligaciones anuales suben a 389 millones 589 mil 539 pesos  y a casi 450 millones para el 2024.

Aunque no están las hojas sobre los pagos correspondientes a 2025, 2026 y 2027, en toda la calendarización disponible se ve que las mensualidades son cada vez más cuantiosas.    Para el penúltimo año de vigencia del crédito, el gobierno en turno deberá liquidar más de 846 millones de pesos. 

Entre enero y septiembre del 2029, dado que en este último mes vence el crédito contratado por Hernández Flores, tendrán que pagarse 697 millones 153 mil 748 pesos.

La mensualidad de enero de ese año compromete 73 millones 669 mil 684 pesos. La de septiembre, con la que se liquida el crédito, asciende a 81 millones 367 mil 142 pesos.

Eso, que definitivamente es producto de un acuerdo sumamente ventajoso a favor del banco, no lo dicen en el promocional difundido recientemente, que se afirma es una respuesta a las recientes declaraciones del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca sobre el tema. 

Aún con los faltantes de información se puede estimar que el crédito terminará constándole a la población tamaulipeca casi 10 mil millones de pesos.    Un verdadero atraco en todos los sentidos.

En el video de referencia hay afirmaciones que se acomodan a conveniencia del ex gobernador. Dicen que no se comprometió el total de  los ingresos por concepto de recaudación del Impuesto sobre Nóminas para el pago del multimillonario préstamo.

En una gráfica se indica que solo el 34 por ciento de dichos impuesto se destina para el pago de capital e intereses.

Con esa información tan superficial pretenden crear la impresión de que los pagos a Banorte no comprometen la estabilidad financiera del estado. Aun tomando como referencia ese dato, se nota que en tal escenario el crédito como quiera es una sangría para las arcas estatales.

Entre 2010 y 2016, según establecen las leyes de ingresos de ese periodo, la recaudación del impuesto sobre nómina habría tenido un acumulado histórico de  9 mil 999 millones 173 mil pesos.

Sobre la base de ese 34 por ciento que se cita en el video publicado en las redes sociales, en dicho periodo los pagos hechos a Banorte entonces habrían ascendido a 3 mil 339 millones 718 mil pesos, poco más de la mitad del monto contratado por Hernández Flores.

El gravísimo problema que tiene el gobierno de Tamaulipas es que al mes de septiembre de 2016, el saldo de la deuda con el banco era de  5 mil 641 millones 644 mil 776 pesos.    En los casi siete años de vigencia de la deuda con esa institución financiera se han acreditado tan solo 358 millones 355 mil  224 pesos, apenas el 5.9 por ciento de lo contratado en el 2009.

Convenencieramente, eso no lo exponen en el video.

Aunque además de ese crédito el gobierno del Tamaulipas está pagando otros,  los datos disponibles sobre lo que se ha destinado para pagarlos ilustran lo gravoso, lo lesivo de esas obligaciones. De acuerdo con lo programado en  los presupuestos de egresos del estado entre 2010 y 2016, en ese periodo se destinaron 7 mil millones 251 mil 675 pesos para deuda pública. 

Un verdadero agujero negro para las finanzas estatales. Eso tampoco lo dicen

Por otra parte, una de las cosas que resaltan en el video es lo que califican como  la razón principal para la contratación del crédito.  Afirman que  “fue la crisis económica mundial de 2008 que agravó la situación que vivía México”. 

Sin embargo, seguramente para enfatizar aún más esa supuesta necesidad, en  una transcripción del audio de ese video se  hace una cita diferente ubicando el contexto económico internacional un año atrás: “Fue la crisis económica mundial que se dio en el 2007, cuyos síntomas empezaron a repercutir y agravarse en México a partir del 2008”.

Sin ahondar en detalles, solo basta decir que a la fecha de aprobación del endeudamiento la crisis económica mundial aludida en el video aún no se manifestaba en toda su magnitud y seguramente ni Hernández Flores ni  nadie de su equipo tiene la capacidad para haber vislumbrado y mucho menos anticipado un evento de esa naturaleza.

Además, el dictamen de la Comisión de Finanzas, Planeación, Presupuesto y Deuda Pública de la LIX Legislatura del Congreso de Tamaulipas, aprobado el 15 de diciembre de 2007, en el que se reprodujo la iniciativa del entonces gobernador para conseguir esos seis mil millones de pesos, en ninguna parte hace referencia al contexto económico internacional. Ninguna cita al respecto.

Por el contrario la iniciativa planteó un escenario estatal muy positivo.

Tras indicar que la recaudación estimada por concepto del  Impuesto sobre Nómina para el ejercicio fiscal 2008, serían de 938 millones 800 mil pesos afirma que “la proyección de esos ingresos en un periodo de nueve años constituiría el soporte de capitalización…estableciéndose como fuente de pagos de las obligaciones que eventualmente se contraigan, los ingresos derivados de la recaudación del impuesto sobre nóminas durante un horizonte de nueve años”.

Esa percepción tan optimista los llevó a considerar factible un crédito pagadero a nueve años.

Ahí se advierte que el gobernador y su equipo no veían una contingencia en curso, por lo que el decreto original autorizó conseguir los seis mil millones de pesos y liquidarlos en nueve años.

En ese primer decreto publicado en los primeros días de 2008 se estableció tal plazo pero poco más de una año después se expidió otro con varias reformas al original, entre las que está la ampliación de la vigencia del crédito a 20 años.

Este último plazo resultaría el único dato real incluido en la “respuesta” de Eugenio Hernández Flores.

Por lo demás, con la información disponible y aun con los faltantes de datos en los calendarios de pago, se puede estimar que el crédito terminará costándole a la población tamaulipeca casi 10 mil millones de pesos.   

¿Cuál mérito pretende entonces el ex gobernador Hernández Flores?  Además es fama pública que prácticamente toda la obra pública ejecutada en su sexenio se la entregaron a las empresas de sus amigos o de sus prestanombres.

Tanta diligencia para tratar de aclarar este asunto debiera ponerla en atender las acusaciones criminales por las que a partir de junio del 2016 se convirtió en prófugo de la justicia estadounidense.




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