jueves, 30 de octubre de 2014

SCJN: USTEDES LOS MISERABLES RICOS

La decisión de  la Suprema Corte de Justicia de la Nación que rechazó la procedencia de  la consulta popular promovida por el Partido Acción Nacional sobre el salario mínimo, representa otra señal de que en México difícilmente llegará el tiempo de los pobres.

Uno de los razonamientos para desechar esta consulta fue expuesto por los ministros Luis María Aguilar Morales y Jorge Pardo Rebolledo quienes señalaron que de proceder esta, terminaría por afectar los ingresos y egresos del Estado.

La pregunta planteada por el PAN proponía que se fijara un nuevo salario mínimo que garantizara al menos la línea de bienestar determinada por el Coneval. La mayoría de ministros consideró que debido a que el salario mínimo es una referencia para la determinación de exenciones fiscales y otros conceptos, las finanzas públicas resultarían afectadas

Esta sentencia de la corte obra en función del mantenimiento  de un sistema económico impuesto en el país, basado en la perpetuación de la injusticia social que se expresa en el estado de marginación en el que vive la mayor parte de los mexicanos.      

La economía nacional tiene en los miserables salarios mínimos uno de sus puntales más sólidos. La producción de la riqueza está soportada por una política de contención salarial casi criminal que data de hace décadas.

Los pobres de este país seguirán heredándose su lacerante miseria.

En este contexto, la consulta propuesta por el Partido Acción Nacional en realidad no tiene nada de loable. Instalados nuevamente en la oposición encontraron lo que pensaron que sería un estandarte político  que les reconocerían aquellos que apenas sobreviven con los raquíticos ingresos que reciben por su fuerza de trabajo.

No tiene mucha ciencia identificar un tema que pueda ganar consenso entre los millones de mexicanos que viven muy por debajo de los niveles mínimos de bienestar. El discurso de los salarios mínimos es un singular  espejito en la víspera de las elecciones del 2015.

Sin embargo los panistas están deslegitimados porque durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón la política económica continuó sin variaciones, es decir cimentándose en la depauperación de la población.

En el sexenio del primer presidente panista del país, la política de fijación de los salarios mínimos continuó como una burla para los trabajadores. Por citar un ejemplo, ya que esta medida se prolongó durante ese periodo, el incremento  autorizado para el 2002 fue de un peso con ochenta centavos diarios.

En la administración de Felipe Calderón, el mayor aumento que hubo fue en el 2007 cuando los trabajadores ganaron 2 pesos con 66 centavos diarios  más por un salario mínimo.


Ambos panistas nada hicieron para variar una de las políticas que representa el instrumento más inmoral del sistema económico mexicano, que tiene como consecuencia el enraizamiento de las terribles desigualdades sociales, que continúan a conveniencia de los poderosos.

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