La dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo Morales, por alguna razón que seguramente tiene que ver exclusivamente con sus intereses, ofreció una rueda de prensa en la que reconoció lo que para muchos fue evidente desde hace cinco años: que hizo un pacto político con Felipe Calderón cuando este era candidato a la presidencia de la República.
Tras señalar que negoció con el entonces candidato panista varias posiciones en el gobierno federal a cambio de apoyar su candidatura dijo que llegaron al acuerdo “previos arreglos de orden político que no deben avergonzar a nadie. A mí no me avergüenzan”.
Las declaraciones de Gordillo Morales ponen en perspectiva las acusaciones que pesaron sobre el ahora ex gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores de haber traicionado al PRI.
El reconocimiento público de la lideresa magisterial confirma que el ex mandatario tamaulipeco operó en contra del entonces candidato priista a la presidencia, Roberto Madrazo Pintado, para respaldar a Calderón con votos y luego con su reconocimiento a los resultados de la elección del 2006.
La difusión de las llamadas que el entonces gobernador de Tamaulipas sostuvo con la presidenta vitalicia del SNTE casi al final de la jornada electoral de ese año y un día después con el también entonces secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno foxista no dejaron lugar a dudas de la actitud convenenciera de Hernández Flores.
Gordillo Morales le habla para decirle que el PRI perdía la elección: “Si van por azul vale más hablarle a Felipe y decirle algo para no quedar mal…Vamos a sacar el voto ciudadano…”. El ahora ex gobernador tamaulipeco en esta última parte le contesta que están “haciendo la chamba”.
Balconeado a nivel nacional, Hernández Flores en ese entonces se quejó amargamente de haber sido víctima de espionaje telefónico y tibiamente dijo que sus conversaciones se habían descontextualizado. ¿Qué más podía decir?
Las declaraciones de Gordillo Morales sobre lo ocurrido en el 2006 muestran las grandes traiciones que propiciaron la derrota de Madrazo Pintado. También que ella siempre va por lo suyo. Por eso pudo acomodar a sus incondicionales en importantes posiciones del posterior gobierno de Calderón.
En el caso del ex gobernador Hernández Flores, a quien en la grabación de la plática que tuvo el día de la elección federal del 2006 con la dirigente magisterial se le nota su baja estatura política frente al colmillo retorcido de esta, solo se le puede aplicar aquella frase que dice: Hundido el barco, saltan las ratas.
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