El panismo tamaulipeco repite la viciosa dinámica en la que se encuentra hundido de tiempo atrás. La inminente nominación del candidato del PAN a la gubernatura del estado provocó que los grupos que muy difícilmente conviven en este partido en Tamaulipas, estén nuevamente afrontados.
El obstinado individualismo de figuras prominentes del partido, genera el ambiente de discordia interna que lo distingue en forma tan singular. Ahora, la candidatura a la gubernatura reaviva el descontrol de sus ánimos. Exacerba los rencores arraigados. El tema hace rebrotar la inquina y los pone en el camino de las hostilidades declaradas.
Los grupos que actualmente disputan la candidatura, los que apoyan las aspiraciones del diputado local Francisco García Cabeza de Vaca y los que son afines al senador José Julián Sacramento Garza, preferirán desbaratar al partido si el contrario, el enemigo, alcanza tan preciada prenda.
Se repite el proceso de descomposición que una y otra vez, en otros tiempos, en otras circunstancias y con otros personajes, enfila al PAN al rompimiento interno.
En medio de las apetencias desordenadas, lo que menos importa es el partido.
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