En una buena estrategia mediática, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, dio a conocer que a partir de la primera quincena de noviembre su sueldo y el de los funcionarios de alto nivel del Gobierno a su encargo se reducirán un quince por ciento.
La medida, se dijo, es una respuesta a la difícil situación que vivimos. Una reacción solidaria frente a la actual adversidad económica.
El tema inmediatamente obtuvo una amplia cobertura informativa que incluso llegó a algunos medios nacionales. El anuncio del mandatario tamaulipeco, como es de entenderse en el contexto de la atrasada cultura política tamaulipeca, rápidamente generó réplicas en varios municipios de la entidad. Algunos alcaldes se sumaron a la propuesta de Hernández Flores y también se comprometieron a bajar los salarios de los funcionarios de primero y segundo nivel de sus municipios.
Todos ellos consiguieron publicidad gratuita. Pero en realidad la cantidad de dinero liberada de la nómina estatal no será tan significativa. La reducción al salario del gobernador Hernández Flores andará en poco menos de 21 mil pesos. La disminución salarial a los once secretarios de despacho, al encargado del despacho del procurador, y al director general de la Agencia Ambiental de Tamaulipas, será de 20 mil 838 pesos por persona.
En el organigrama de la administración centralizada del gobierno estatal, hay 10 sub secretarios, dos sub procuradores, 35 directores generales y 30 directores. Acumulando la reducción del sueldo del gobernador, de los secretarios, subsecretarios, directores generales y directores del gobierno del estado, la cifra alcanzará un monto mensual de un millón 120 mil 726 pesos.
Una cantidad mínima si se le compara, por ejemplo, con el déficit de las finanzas públicas estatales durante el ejercicio fiscal del 2007, que llegó a la impresionante cantidad de más de mil 184 millones de pesos.
Una decisión más realista y menos demagógica sería reducir el gasto corriente del gobierno estatal, que por cierto aumenta en proporciones totalmente alejadas de cualquier criterio de austeridad ya que entre 2005 y 2007 creció un 20 por ciento en términos relativos. Del 2005 al año pasado, este rubro presupuestal pasó de más de 3 mil 566 millones de pesos a más de 4 mil 279 millones de pesos. Esto representa que el gasto corriente de la administración estatal aumentó en más de 713 millones de pesos en ese periodo.
La medida, se dijo, es una respuesta a la difícil situación que vivimos. Una reacción solidaria frente a la actual adversidad económica.
El tema inmediatamente obtuvo una amplia cobertura informativa que incluso llegó a algunos medios nacionales. El anuncio del mandatario tamaulipeco, como es de entenderse en el contexto de la atrasada cultura política tamaulipeca, rápidamente generó réplicas en varios municipios de la entidad. Algunos alcaldes se sumaron a la propuesta de Hernández Flores y también se comprometieron a bajar los salarios de los funcionarios de primero y segundo nivel de sus municipios.
Todos ellos consiguieron publicidad gratuita. Pero en realidad la cantidad de dinero liberada de la nómina estatal no será tan significativa. La reducción al salario del gobernador Hernández Flores andará en poco menos de 21 mil pesos. La disminución salarial a los once secretarios de despacho, al encargado del despacho del procurador, y al director general de la Agencia Ambiental de Tamaulipas, será de 20 mil 838 pesos por persona.
En el organigrama de la administración centralizada del gobierno estatal, hay 10 sub secretarios, dos sub procuradores, 35 directores generales y 30 directores. Acumulando la reducción del sueldo del gobernador, de los secretarios, subsecretarios, directores generales y directores del gobierno del estado, la cifra alcanzará un monto mensual de un millón 120 mil 726 pesos.
Una cantidad mínima si se le compara, por ejemplo, con el déficit de las finanzas públicas estatales durante el ejercicio fiscal del 2007, que llegó a la impresionante cantidad de más de mil 184 millones de pesos.
Una decisión más realista y menos demagógica sería reducir el gasto corriente del gobierno estatal, que por cierto aumenta en proporciones totalmente alejadas de cualquier criterio de austeridad ya que entre 2005 y 2007 creció un 20 por ciento en términos relativos. Del 2005 al año pasado, este rubro presupuestal pasó de más de 3 mil 566 millones de pesos a más de 4 mil 279 millones de pesos. Esto representa que el gasto corriente de la administración estatal aumentó en más de 713 millones de pesos en ese periodo.
3 comentarios:
Chingón Seth! Buena ! Es una forma de ver donde estaba el "truco".
Rafael M.
pinche seth, no aprendes! Siempre metiendote entre las patas de los caballos. jajaja saludos, amigo.
esa rebaja de sueldos es pura faramalla. como si vivieran del sueldo. que le bajen pero a lo que se roban del presupuesto. No conozco un ex gobernador o u n ex alcalde pobre. Salen millonarios del puesto.
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