El enfrentamiento ocurrido en el penal de Reynosa, que dejó un saldo de 21 reos muertos, mostró nuevamente la descarnada realidad del sistema penitenciario del país. En esos lugares no hay más ley que la del autogobierno. Las autoridades penitenciarias, no son más que una parte de la correa de transmisión de un sistema añejo y viciado que prevalece en esos lugares de extinción de sanciones, que indebidamente también se utiliza como prisión preventiva.
Ya hay voces que exigen, con voz grave y solemne, que se investigue lo sucedido. La averiguación penal se inició pero la procuraduría tendrá muchas dificultades para identificar culpables. El fondo del problema va más allá de esta matanza. Lo ocurrido tiene explicación en la permanencia de un modo de gobierno interno que se decide por causa de quienes alcanzan la posición dominante entre los internos
Aunque no había ocurrido un incidente de la magnitud del de este lunes 20, en el que a 18 de los muertos les prendieron fuego, el sangriente enfrentamiento ocurrió porque hubo grupos de poder que ya no pudieron convivir. Un cruento modo de imponer la ley del mas fuerte.
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