La decisión del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional de ordenar la reposición del comité municipal de Reynosa, abre un nuevo capítulo en el lastimoso ambiente que vive el panismo en Tamaulipas. Esta resolución no tendrá más consecuencia que excitar la malquerencia entre los grupos que riñen por el control del partido.
Las cabezas visibles de la actual pendencia entre panistas, que en la entidad, con diferentes actores y circunstancias no tiene intermisión desde hace años, son el dirigente estatal Francisco Javier Garza de Coss y el ex presidente municipal de Reynosa y coordinador de los diputados panistas en el Congreso de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Garza de Coss, a quien pocos le reconocen inteligencia política para disponer del destino del partido, inmediatamente después de hacerse de la presidencia estatal del PAN, se dejó llevar por su resentimiento hacia el ex presidente municipal reynosense. Falto de ánimo para tolerar que, haciendo exhibición de fuerza, García Cabeza de Vaca varias lo humilló políticamente, al convertirse en presidente del comité estatal del PAN sus primeras acciones fueron dirigidas contra el grupo de su adversario.
Por su parte, el diputado local con su característica altivez y deseo desordenado de ser preferido por los demás, pretende ganar espacios y copar a la dirigencia estatal del partido con su acelerado destape en pos de la candidatura a la gubernatura.
Lleno de una confianza en sí mismo inmotivada y desmedida, el ex alcalde pretende convertir el tema de la candidatura en asunto estratégico del panismo. Con ello solo profundiza su disputa con los demás grupos, igualmente colmados de resquemores y resentimientos personales y políticos. Presa de su apetito desordenado de ser el centro de atención, García Cabeza de Vaca lo único que provoca es más pudrición en su partido.
A estos grupos que desde hace cuando menos tres años protagonizan este enfrentamiento abierto y descarnado, lo único que los mueve es el resentimiento mutuo, arraigado y tenaz, que los domina. Son presa de una ofuscación tal que tienen nublada la razón. Enfrente no tienen más que enemigos. Entre ellos no hay ya posibilidades de entendimiento.
Su impulso casi instintivo por satisfacer sus deseos de poder y de venganza, ha dejado al PAN a la deriva. Más pendientes de cobrarse enteramente agravios reales o imaginarios, no alcanzan a comprender que su desvergüenza los alcanza a todos. Que esta penosa exhibición de codicia política es lo que provoca el hartazgo ciudadano.
No se dan cuenta del grado de depravación que alcanzó el PAN tamaulipeco y que inevitablemente los conducirá a más fracasos. No saben que son la representación perfecta de aquel símil de los políticos con la cubeta repleta de cangrejos.
Las cabezas visibles de la actual pendencia entre panistas, que en la entidad, con diferentes actores y circunstancias no tiene intermisión desde hace años, son el dirigente estatal Francisco Javier Garza de Coss y el ex presidente municipal de Reynosa y coordinador de los diputados panistas en el Congreso de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Garza de Coss, a quien pocos le reconocen inteligencia política para disponer del destino del partido, inmediatamente después de hacerse de la presidencia estatal del PAN, se dejó llevar por su resentimiento hacia el ex presidente municipal reynosense. Falto de ánimo para tolerar que, haciendo exhibición de fuerza, García Cabeza de Vaca varias lo humilló políticamente, al convertirse en presidente del comité estatal del PAN sus primeras acciones fueron dirigidas contra el grupo de su adversario.
Por su parte, el diputado local con su característica altivez y deseo desordenado de ser preferido por los demás, pretende ganar espacios y copar a la dirigencia estatal del partido con su acelerado destape en pos de la candidatura a la gubernatura.
Lleno de una confianza en sí mismo inmotivada y desmedida, el ex alcalde pretende convertir el tema de la candidatura en asunto estratégico del panismo. Con ello solo profundiza su disputa con los demás grupos, igualmente colmados de resquemores y resentimientos personales y políticos. Presa de su apetito desordenado de ser el centro de atención, García Cabeza de Vaca lo único que provoca es más pudrición en su partido.
A estos grupos que desde hace cuando menos tres años protagonizan este enfrentamiento abierto y descarnado, lo único que los mueve es el resentimiento mutuo, arraigado y tenaz, que los domina. Son presa de una ofuscación tal que tienen nublada la razón. Enfrente no tienen más que enemigos. Entre ellos no hay ya posibilidades de entendimiento.
Su impulso casi instintivo por satisfacer sus deseos de poder y de venganza, ha dejado al PAN a la deriva. Más pendientes de cobrarse enteramente agravios reales o imaginarios, no alcanzan a comprender que su desvergüenza los alcanza a todos. Que esta penosa exhibición de codicia política es lo que provoca el hartazgo ciudadano.
No se dan cuenta del grado de depravación que alcanzó el PAN tamaulipeco y que inevitablemente los conducirá a más fracasos. No saben que son la representación perfecta de aquel símil de los políticos con la cubeta repleta de cangrejos.
3 comentarios:
hola Seth!!
tienes razon en lo que dices, ellos quieren ser protagonistas eternos de los puestos publicos, ambos JOSESES FRANCISCOS, son insaciables y maquiavelicos, son tal para cual y pensar que seguiran perdiendo plazas como en GUERRERO, porque en REYNOSA ya no les daremos oportunidad, y para la proxima gobernatura deseamos un OSCAR REYNOSENSE....enterense!!
PD.saludos y besos a SETH...mi periodista favorito!!!!!!
Los panistas son un asco. Tanto cacaraqueo de la honestidad y los valores y los principios. Nomas llegaron al poder y les salio el diablo que traen dentro. El poder es el poder.
Los del PAN eran como los perros que se lamen el hocico frente a la vitrina de la carniceria. Nomás pudieron entrar y se atracaron hasta empacharse. Son igual de ratas que los del pri
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