miércoles, 4 de marzo de 2015

ANGELICA: LOS VESTIDOS DEL HAMBRE

Según lo que se ha publicado en diversos medios, que se concentran en frivolidades, durante la visita oficial a Inglaterra en la que acompaña a su esposo Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera uso dos vestidos que en conjunto tienen un valor de 7 mil 800 dólares.

Su apariencia generó una amplia cobertura de muchos medios de comunicación en la que se pidió  opinión a expertos en moda femenina para determinar si había estado a la altura de las circunstancias de la visita de estado que el mandatario mexicano realiza en Inglaterra, que incluyó una recepción ofrecida  por la familia real.

Dos prendas, con un valor estimado de poco más de 117 mil pesos, que difícilmente volverá a vestir porque no sería posible que la primera dama de un país tan importante como el nuestro corra el riesgo que la critiquen por repetir vestuario.

Supongo que habrá ropajes mucho más caros, dignos de las clases adineradas que pueden darse esos lujos, que a la par de proporcionar una sensación de singularidad a quienes los usan también reflejan su profunda insustancialidad. Por más dinero que cuesten no dejan de ser cosas banales.    

Simplemente son costosas expresiones de la vanidad.  

Ataviados tan exquisitamente para tan singular ocasión, Peña Nieto y su esposa, independientemente de la representación del Poder Ejecutivo que él ostenta, para nada caracterizan a la población mexicana, sumida la mayoría en una pobreza indignante consecuencia del abuso, de la explotación impuesta desde el poder político y económico del país, podridos por una rampante corrupción.

Se ataviaron para estar a  la altura de tan importante y honroso compromiso oficial, que les impuso exigencias muy altas de protocolo y etiqueta que, según los expertos, cumplieron con mucho tino.  Tan ocurrió así que se dice que Angélica Rivera deslumbró con su elegancia.

Hay quien puede asegurar que eso es indispensable porque están obligados a ofrecer una excelente imagen para estar al nivel de tan distinguidas circunstancias.  Definitivamente les asiste la razón si entendemos que de esa manera está organizado el mundo de los ricos, de los poderosos.

Contrario a lo que algunos han publicado, resaltando la pompa con la que fueron atendidos como un motivo de orgullo nacional,  la imagen que proyectaron Peña Nieto y Rivera en Inglaterra se restringe estrictamente al plano personal


La suntuosidad y solemnidad con la que fueron recibidos le son ajenas al grueso de los mexicanos. Nada deslíe la terrible situación que enfrenta el país, sumido en la pobreza, con amplias regiones asoladas por la violencia irrefrenable y un clima de crecientes violaciones a los derechos humanos.

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