martes, 20 de marzo de 2012

LOS MASCABROTHERS Y LA LIGA DE LA DECENCIA TAMAULIPECA

La directora del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, Libertad García Cabriales, tomó una decisión cuya consecuencia debió ser su salida de la institución, no tanto por el escándalo en el que involucró la gobernador, sino por la pobreza de criterio y el talante discriminatorio que mostró.

En su cuenta de Twitter, el comediante Fredy Ortega se quejó de que la directora del ITCA había ordenado prohibir la presentación de Spamalot, adaptación de un musical que se estrenó en Chicago en el 2004 y que en el 2005 se presentó en Broadway.

Quizá cuando se enteró de la participación de los Mascabrothers en esa obra, lo único en que pensó García Cabriales fue en las rutinas cómicas por las que son ampliamente conocidos los hermanos Ortega y que ahora sabemos considera inapropiadas para el público tamaulipeco

El problema es que la funcionaria tamaulipeca pretendió convertir su excluyente opinión en una acción de gobierno. Trató de convertirse en interventora de la moralidad tamaulipeca y así determinar qué tipo de espectáculo puede o no presenciar la gente del estado.

Independientemente de que la participación de los Mascabrothers en la adaptación de ese musical no tiene que ver con los personajes que los han hecho famosos, García Cabriales reaccionó prejuiciosamente.

Su conducta hace evidente que asume que la responsabilidad que le confiere el cargo que ostenta le permite determinar los linderos de lo decente, de lo aceptable y por tanto permisible.

Lamentablemente para ella eso entra en el ámbito de lo subjetivo de las normas morales y sociales. Creer que una opinión personal puede convertirse en mandato que obliga a los demás es una terrible y preocupante equivocación.

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