Recientemente, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores declaró que había propuesto al presidente Felipe Calderón, que enviara a la entidad a una persona que coordinara como mando único a todas las corporaciones policíacas.
"Le propuse que tengamos en Tamaulipas un mando único pero para todos, para las fuerzas federales, fuerzas estatales y fuerzas municipales. Tamaulipas está dispuesto a firmar un convenio con el gobierno federal, para que en materia de seguridad publica tener una sola coordinación”, aseguró.
Esta expresión de disposición del gobernador tiene un inconveniente. La seguridad pública en los municipios es una atribución de los ayuntamientos, por lo que el gobernador no puede decidir sobre un tema cuya esfera de competencia le es legalmente ajena.
Es decir, no puede comprometer la incorporación de un mando único que tenga también atribuciones sobre las corporaciones municipales porque estas constitucionalmente dependen de los Ayuntamientos y están bajo las órdenes del presidente municipal.
La constitución política del país y la particular del estado de Tamaulipas, establecen que entre los servicios que les corresponde prestar a los ayuntamientos se encuentra el de seguridad pública.
Eso es lo legal. Sin embargo sabemos que en la cultura política del estado, los presidentes municipales y en general los ayuntamientos, especialmente los de extracción priista, asumen una postura de subordinación frente al mandatario local.
Por eso no sería extraño que si en Tamaulipas se avanza en el tema del mando único, los ayuntamientos, los alcaldes, asuman una postura a semejanza de la del gobernador del estado.
En lo político sería claramente entendible, porque en México la sujeción es una forma de hacer gobierno. Ahora con la alternancia electoral hemos constatado que no es privativa en el PRI
Sin embargo a la creación del mando policial único propuesto por el presidente Felipe Calderón le falta mucho tramo que recorrer.
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