viernes, 21 de enero de 2011

EVERARDO VILLARREAL: BYE, BYE LUEBBERT


Desde el primer minuto de su administración, el alcalde de Reynosa Everardo Villarreal Salinas tuvo que ocuparse de varios  y graves problemas sin resolver que le heredó su antecesor Oscar Luebbert Gutiérrez

El más difícil, por el impacto social, sanitario y ambiental que tiene, es la suspensión de la recolección de basura por parte de la empresa concesionaria del servicio que reclama el pago de un adeudo de más de 41 millones de pesos.

En el poco  tiempo que tiene al frente de la presidencia municipal, Villarreal Salinas ha mostrado su preocupación por arreglar lo antes posible aquello de lo que debió ocuparse el ahora ex alcalde Luebbert Gutiérrez. Además no le queda de otra.

La opinión  pública le es favorable aún, ya que a la gente del municipio le queda claro que el desorden con el que inició esta administración municipal tiene su origen meses atrás en las acciones u omisiones de Luebbert Gutiérrez.

Está en una situación como se dice coloquialmente en la política de “luna de miel” con la comunidad.   Pero eso no será permanente. Si no se toman acciones inmediatas, muy pronto la urgencia que tiene la gente porque se atiendan sus problemas se convertirá en reclamo.

Es fama pública que le dejaron muchísimos problemas económicos, tanto en la presidencia municipal como en la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, que en conjunto tienen adeudos por más de 600 millones de pesos.

Al abordar el tema de los graves rezagos que le dejó la anterior administración, Villarreal Salinas ha sido muy cauto en sus expresiones.  Se nota que tiene la intención de no criticar a su predecesor.


Incluso,  el alcalde ha pospuesto informar a la población sobre  estado general en el que recibió los bienes del Ayuntamiento.   Ni siquiera un reporte basado solo en números, sin consideraciones ni juicios de valor sobre el porqué se está en esa situación financiera.

Eso para él implica un riesgo.  Los enormes pasivos que recibió, tarde que temprano volverán más complicada la operación de la presidencia municipal. Le dificultarán aún más la prestación de los servicios que el Ayuntamiento está obligado a dar a la población.   Eso la gente no lo pasa por alto.

En estos momentos goza de la comprensión de la comunidad, pero si no se toman acciones inmediatas, por ejemplo para cesar el problema de la basura, Villarreal Salinas cargará con la culpa de otros.

El alcalde necesita marcar distancia con Luebbert Gutiérrez.   Si tiene algún compromiso con él, debe recordar que hay uno extremadamente superior con sus gobernados.   Si no lo hace la desaprobación generalizada que hay  hacia el ex alcalde puede alcanzarlo a él.

Los 60 días que establece la ley de entrega recepción para llamar a cuentas a sus antecesores son una especie de periodo de gracia que tiene para pintar su raya.  Más allá de ese plazo, todo será su responsabilidad, en lo social y lo político.

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