lunes, 31 de enero de 2011

GOBIERNO PANISTA: EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR


Con la necedad que caracteriza a los funcionarios del gobierno federal, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, defendió lo que considera avances en materia salarial en el país.

Enardecido de ánimo descalificó  los resultados de  un informe de la Comisión Económica para América Latina, que señala que México es el único país que no reportó crecimiento ni recuperación en el poder adquisitivo de su población.

“Pésele a quien le pese, tenemos paz laboral y ganancia real de los salarios”, fue la tajante y muy preocupante afirmación con la que el funcionario desestimó el informe de ese órgano internacional.

La soberbia que caracteriza a muchos servidores públicos es peligrosa.   Esa actitud los pone en el camino de la cerrazón.  El problema es que las desastrosas consecuencias  de su postura  no las sufren ellos sino la población.

En lo que va del sexenio del presidente Felipe Calderón, los salarios han crecido poco más del 22 por ciento.    Si, efectivamente, como lo citó el secretario Lozano Alarcón, eso representa ganancia real de los salarios.

El problema es que en pesos y centavos ese aumento representa una miseria, como lo es propiamente la medida estándar salarial de nuestro país.  Entre 2006 y 2011, los salarios mínimos aumentaron poquito más de 11 pesos.

Este año,  un trabajador puede ganar 59.82 pesos diarios –el monto más alto de las tres regiones en las que está dividido el país  para propósitos de asignaciones salariales.   Un ingreso pulverizado por la carestía de la vida.  Un salario de hambre.  Empobrecedor.

Por eso, nada bueno podemos esperar del  envanecimiento de estos servidores públicos.  No ven más allá de lo que quieren ver.    Viven en un país surgido de su imaginación.

Ese grandioso país que dicen ellos que gobiernan, como en el cuento “El traje nuevo del Emperador” de Hans Christian Andersen, solo los irremediablemente estúpidos no pueden verlo.

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