SNTE TAMAULIPAS: COMO EL AZADON

La decisión del nuevo titular de educación en Tamaulipas de echar  de la estructura burocrática de la secretaria  a representantes de la sección estatal del  Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, provocó  profunda molestia en  esa organización.

Arnulfo Rodríguez Treviño, secretario general de la sección 30 del SNTE, había amagado con una protesta en la que participarían maestros de todo el estado para presionar al gobierno estatal por la remoción de funcionarios ligados al sindicato.

La noche del domingo hubo acuerdos de los que no se dieron detalles y finalmente el propio dirigente sindical anunció que se suspendía la movilización.

Es obvio que la exaltada reacción de la plana mayor del sindicato magisterial tuvo como causa la afectación a sus intereses.  Acostumbrados a ganar, ganar, sintieron como una amenaza el despido de sus allegados y la designación de funcionarios sin vínculos directos con el sindicato.

Esa es la única razón que los empujo a pretender dejar sin clases a miles de estudiantes de toda la entidad.   Carentes de compromiso social pretendieron parar  escuelas para defender su coto de poder.

¿Les ofrecieron respetar sus canonjías para que desistieran de su postura? ¿Los presionaron para hacerlo? Solo las partes que convinieron cesar  la movilización lo saben.

Si así como la dirigencia estatal del magisterio se ocupa de sus muy particulares intereses, lo hiciera con la desastrosa situación de la educación en el estado, las cosas serían radicalmente diferentes.

Mientras el 68 por ciento de los alumnos de primaria en Tamaulipas tienen niveles de insuficiencia en Matemáticas y el 61 por ciento están en esa deplorable condición de desempeño en español,  los líderes sindicales solo van por lo suyo.

Que el 89.7 por ciento de los  alumnos de tercer grado de secundaria tienen un dominio muy pobre de Matemáticas y el 80.9 en español, para ellos es asunto irrelevante, lo importante para ellos es mantener sus privilegios.