viernes, 26 de noviembre de 2010

CORRUPCION EN ZACATECAS: POLITICOS CHUPETEADORES

 Las revelaciones de actos de corrupción de la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina, militante distinguida del Partido de la Revolución Democrática, no debieran ser motivo de escándalo.

La corrupción es inherente a la naturaleza humana. En México es un fenómeno generalizado, especialmente en el servicio público. El uso patrimonialista de los dineros fiscales  es un modo habitual de obrar entre quienes están en el gobierno.

Los tres niveles de gobierno están llenos de ladrones.  La función pública se ejerce  con inmoralidad.   Generalmente, el desempeño de las responsabilidades públicas se tuerce para buscar el beneficio personal.   

El caso de Zacatecas ¿Por qué debería ser excepción?  Los gobernantes que han surgido del  Partido de la Revolución Democrática ¿Por qué tendrían que ser separados de la regla?

Una auditoria al dos por ciento del presupuesto ejercido en el gobierno estatal encabezado por García Medina ha arrojado evidencias de conductas ilícitas.  Se reportaron casos de adjudicación de contratos sin licitar, adquisición de bienes y servicios soportados con facturas falsas o alteradas.

Se detectó que el gobierno perredista entregó dinero público en calidad de préstamo a particulares, políticos y empresas que nunca lo pagaron.

También se encontraron gastos injustificados por más de 120 millones de pesos para contratación de varios artistas que se presentaron en eventos organizados por las autoridades

La auditoria encontró documentos que acreditan la compra de casi 3 mil 500 botellas de mezcal “Don Antonio Aguilar”, con un costo total de 83 mil dólares cuya adquisición fue ordenada por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia.

Zacatecas es uno de los estados con más alto índice de pobreza en el país. La profundidad de este fenómeno lo convirtió en una de las principales entidades  expulsores de migrantes a Estados Unidos.

La culpa es de los políticos.   

El genial cómico mexicano, Jesús Martínez “Palillo”, sociólogo del teatro de carpa,   los describía en su justa medida: “Malditos políticos abusivos, chupeteadores, poca lucha, debía darles vergüenza robarles a los infelices. Que escasa madre tienen, nacieron en incubadora descastados”



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