jueves, 8 de julio de 2010

EL CHUCHILO: LAS JALADAS REGIAS


La decisión de la Comisión Nacional del Agua de liberar el agua almacenada en la Presa El Cuchillo, despertó un severo rechazo en Tamaulipas.  Hay quienes, y no son pocos,  consideran que se privilegio la integridad de comunidades neolonesas sin importar que se causen afectaciones a poblaciones tamaulipecas.
Esta situación reavivó un sentimiento de regionalismo que en otras épocas ya se había presentado.  Hay muchas opiniones en el sentido de que los funcionarios neoloneses que trabajan en la Conagua, han actuado con dolo.
Se supo que antes de que el huracán Alex devastara Monterrey, El Cuchillo se encontraba casi a su máxima capacidad.  Que a pesar de que el almacenamiento de agua en esa obra estaba por llegar al nivel de rebosamiento, los responsables de la operación no desfogaron la presa a sabiendas de que las precipitaciones pluviales de la temporada los forzarían a hacerlo.
En Tamaulipas se considera que cuando se tomo la  decisión  se provocó la crisis que ahora se vive en la región debido a que cuando finalmente empezaron a abrir las compuertas de la presa, se liberaron volúmenes que terminarían por provocar trastornos en la zona norte de Tamaulipas.
En ese contexto podría ubicarse el reclamo del gobernador Eugenio Hernández Flores a los funcionarios neoloneses de Conagua a quienes dijo que no estaba de acuerdo con la forma en que se administra la Cuenca del Río Bravo.
El mandatario tamaulipeco les recriminó que cuando se requería agua en Tamaulipas no la liberaban y que ahora que estaban en medio de una crisis provocadas por las intensas lluvias  la desfogaban poniendo en riesgo a miles de tamaulipecos.
No es la primera vez que el tema de El Cuchillo despierta reacciones airadas en Tamaulipas.  En la época en la que se construyó esa obra en el municipio de China, Nuevo León, se gestó un importante movimiento de productores del campo que denunciaron que el gobierno federal puso en primer término los intereses de Nuevo León, sin considerar el daño que provocaría a las actividades agrícolas del norte  tamaulipeco.
Luego vinieron las quejas de que las compuertas se construyen a una altura superior a la que originalmente se había convenido con el gobierno de Tamaulipas, que nunca tuvo la intención de reclamar este grave incumplimiento, y que esta modificación tendría desastrosos efectos para las actividades del campo en el estado.
Las razones del incumplimiento eran simples:   Garantizar agua abundante para Monterrey y asegurar la ejecución de un proyecto de explotación turística de la presa con actividades recreativas y deportivas.
No es difícil imaginar las reacciones en esta región si fallan los cálculos de control de avenidas que los funcionarios de Conagua dicen que hicieron antes de  liberar el agua acumulada en la presa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

piches regios todo pa ellos. se siente el obligo del noreste.